La organización criminal rumana dedicada a la trata de seres humanos que fue desarticulada hace unos día en Arteixo (A Coruña), había operado con anterioridad en Vigo, de donde huyó en el año 2002 tras varios enfrentamientos con familias rivales con las que se disputaba el monopolio de su actividad ilegal. Una de las peleas, en las que se utilizaron armas blancas de grandes dimensiones y armas de fuego, se saldó con seis heridos graves, incluidos dos menores, y varias detenciones. El enfrentamiento tuvo lugar en la parroquia redondelana de Cesantes, donde se encontraba por entonces el asentamiento de la familia "Lacatus", que finalmente se trasladó a la provincia de A Coruña.

Los seis detenidos en Arteixo, que ingresaron en prisión provisional, han sido imputados por trata de seres humanos, esclavitud y servidumbre, trato degradante, explotación laboral severa, amenazas y coacciones. En los registros de sus viviendas se han intervenido armas de fuego, navajas y documentación. La red no solo traía a España a compatriotas rumanos a lo que hacinaba en pisos y obligaban a comer comida para animales y restos recogidos directamente en contenedores de basura, sino también a subsaharianos. Todos ellos eran obligados, mediante agresiones y detenciones ilegales, a cumplir jornadas de más de 15 horas en el sector de construcción y reformas que dirigían los explotadores en Galicia y León.