La presencia de animales sueltos en la calzada es una causa frecuente de accidentes de tráfico en Galicia. El último ocurrió este pasado fin de semana. Un joven que circulaba por la carretera N-120 a la altura de la localidad pontevedresa de Covelo sufrió heridas de carácter leve al impactar su turismo contra una vaca que irrumpió en la vía y que murió como consecuencia del golpe. Y aunque no causó ningún siniestro, en el municipio de A Guarda los efectivos del Grumir tuvieron que movilizarse por la presencia de un caballo que deambulaba por la carretera. El animal fue recuperado por su propio dueño sin que se produjeran incidentes.

El accidente de Covelo se produjo en torno a las diez de la noche del pasado sábado en la N-120. El joven guiaba su vehículo en dirección al municipio de Ponteareas cuando de repente una vaca se cruzó en su camino. El conductor no pudo evitar la colisión e impactó contra el animal, que murió debido al fuerte golpe que sufrió. Pese a la aparatosidad del siniestro y a que el turismo presentaban importantes daños, el joven que iba al volante solo presentaba lesiones de carácter leve.

Hasta el lugar donde ocurrió este accidente, concretamente a la altura de la parroquia de Paraños, se trasladaron agentes de la Guardia Civil de Tráfico, una ambulancia del 061 con sanitarios y el personal que se encargó de retirar el animal de la carretera, ya que tras el choque quedó ocupando un carril.

Este incidente se producía el sábado por la noche. Y al día siguiente –ayer por la mañana– la presencia de un caballo suelto en una carretera secundaria que une A Guarda con O Rosal obligó al servicio de emergencias 112 a movilizar al Grumir. La alerta se produjo en torno a las nueve de la mañana, pero cuando llegaron los efectivos al lugar, el animal ya había sido recuperado por su dueño, al que se le había escapado. Varios vecinos fueron quienes alertaron al propietario de que su caballo estaba suelto. Fuentes de Protección Civil señalaron que el animal estuvo en torno a media hora deambulando por la vía.

La presencia de animales domésticos o salvajes en la calzada no es algo excepcional en la comunidad gallega. Una de las últimas estadísticas realizadas apuntaba a que su irrupción en la vía causa en torno a dos mil accidentes anuales. Un caso registrado recientemente ocurrió en el Corredor do Morrazo en diciembre, cuando varios perros entraron en la vía y pusieron en peligro el tráfico.