La vivienda del matrimonio de Lalín detenido por matar supuestamente a su hija de 22 años y causar un incendio en el que también falleció un ex empleado de 83 se encontraba embargada y sus residentes tenían que abandonarla en días, según afirmó ayer un íntimo amigo de José Mouriño, el empresario ganadero arrestado. La grave situación económica por la que pasaba la familia provocó que incluso se le retuviese el recibo de entrega de leche del último mes. Aunque su esposa, Carmen Reboredo Lalín, tenía propiedades en su parroquia oriunda de Moneixas, éstas también estaban requisadas porque “ela lle asinou un poder a José para que dispuxese das parcelas”, de modo que sirvieron de aval para la promoción de viviendas iniciada por Mouriño.

La última vez que este cooperativista departió en persona con su amigo de Outeiro fue en junio, en una cena de unas Xuntanzas de Emprendedores. Por entonces, José Mouriño parecía haber superado ya una depresión, “aínda que nos últimos meses estaba máis esquivo e non lle gustaba extenderse moito cando falábamos por teléfono”, manifiesta.

Lo cierto es que el incendio de la vivienda y las dos víctimas mortales conmocionaron de forma especial al mundo ganadero, al que Mouriño estuvo vinculado durante 20 años y que en los últimos tiempos estuvo combinando con su actividad empresarial. A media tarde de ayer, él y su esposa prestaron declaración ante la Guardia Civil por su imputación en el incendio que arrasó la vivienda, así como por las muertes de su hija Sonia y de Amador Vázquez, un antiguo empleado. Según fuentes de la investigación, la mujer reconoció haber planeado tanto el incendio de la casa como su posterior suicidio, junto al marido, en la fosa de purín del establo anexo. De ahí que, para muchos vecinos, cobre sentido el hecho de que en los últimos días la familia almacenase gran cantidad de leña en el garaje y rellenase la caldera de gasóleo.

La intención de la jueza que instruye el caso es trasladar al matrimonio a la zona del siniestro para reconstruir los hechos. De momento, la Guardia Civil ya levantó ayer el perímetro de seguridad que protegía la vivienda, puesto que ya terminó de recabar pruebas. Por tanto, también dejará de custodiarla como hizo en la noche del viernes al sábado y a lo largo de ayer.

En este sentido, el delegado de Gobierno, Antón Louro, manifestó que la investigación “continúa aberta para clarificar os feitos”, confiando en que en las próximas horas o en los días venideros se disponga de “unha crónica do sucedido”. Para ello, Louro pidió respeto para los investigadores y los jueces que llevan el caso, mientras que el pase de los dos detenidos a disposición judicial se producirá a partir de hoy.

Juzgados

En concreto, por la mañana Mouriño prestará declaración en los juzgados de Lalín, mientras que su esposa sigue ingresada en el Hospital Provincial de Pontevedra. A Carmen se le practicaron análisis en la jornada del viernes para comprobar si consumía psicofármacos, cuyo resultado fue negativo. Aunque en un principio se esperaba que los dos imputados pasasen ayer a disposición de la jueza, el transcurso de la investigación motivó esta demora.

Mientras continúa la investigación, la granja de Mouriño fue atendida ayer por uno de los empleados, Ciprian Nitoi, y trabajadores de la cooperativa en un intento de recobrar una relativa normalidad. Algunos de los vecinos más allegados se acercaron a la vivienda para ofrecer su ayuda, mientras que en el interior de la casa efectivos de la Policía Judicial seguían recogiendo pruebas.

A pesar de que el incendio había sido extinguido ya a mediodía del viernes, el calor que acumuló la vivienda y el material que había en su interior provocaba que de algunos habitáculos, como el garaje, continuasen saliendo leves cortinas de humo. No obstante, no se hubo nuevos focos de fuego.

Los tres hermanos de Mouriño también se acercaron hasta el lugar. Tanto Benito como Manolo y Teresa estuvieron durante buena parte de la mañana en la finca de la vivienda: muy afectados por lo acontecido, se negaron a hacer declaraciones. Un familiar sí dijo que será la cooperativa Campodeza quien se va a encargar de que la granja de ganado de leche siga atendida. Por lo de pronto, ayer un camión cisterna de la empresa Celta pasó a recoger el producto.

En lo que se refiere a las dos víctimas mortales del trágico suceso, su examen forense tuvo lugar ayer en Santiago. Cuando fue rescatado, el cuerpo de la joven Sonia presentaba un fuerte golpe en la cabeza. En este sentido, la madre confesó inicialmente que la habría golpeado de noche mientras dormía para evitar que cargase con las deudas de sus padres tras el suicidio de éstos. Pero entre las hipótesis por la muerte de la joven también figura la posibilidad de que fuese golpeada por uno de sus progenitores durante una discusión. El otro fallecido no presentaba signos de violencia.