Celia Q.S., la toxicómana de 42 años que el pasado viernes mantuvo retenida a punta de cuchillo durante siete horas a una abogada viguesa en el interior de un cajero automático de la oficina del BBVA en la Avenida de Martínez Garrido en Vigo, admitió ayer que llevaba tres cuchillos y había salido dispuesta a atracar a alguien para conseguir dinero. En su camino se cruzó la letrada, que trabaja en la oficina de seguros Ferbam al lado de la entidad crediticia donde entró para retirar efectivo.

La atracadora, toxicómana desde hace 20 años y con problemas psíquicos, se colocó detrás de ella y le exigió dinero, a la vez que la obligó a sacar otros 300 euros, aunque le pidió su dirección porque pensaba devolvérselos en un mes, según la versión que ofreció ayer en dependencias policiales. Al llegar la patrulla policial alertada por varios compañeros de la víctima que vieron el asalto, Celia Q.S. optó por atrincherarse en el interior del cajero automático y tomar como rehén a su víctima.

Si inicialmente su objetivo era obtener dinero, las largas horas que duró el secuestro y el verse rodeada por decenas de policías le hicieron cambiar de opinión. Hacia el final de la tarde, casi tres horas después de iniciar el encierro y tras varias conversaciones con su víctima, la toxicómana asegura que le devolvió los 300 euros y exigió al mediador policial que quería que su ex novio, Jorge, fuera hasta allí y leyera un comunicado para que "levantara el velo" y explicara las cosas "raras" que le ocurren desde hace cinco años pues, aseguró, ve cosas y si deja algo en un sitio aparece en otro.

Se cree que quería llamar la atención de su ex pareja, que hace tres meses la denunció por amenazas tras resultar herido de una cuchillada que su entonces novia le propinó en Tomiño, donde residían. El joven se negó a acudir, pero finalmente la Policía Nacional lo trasladó hasta las proximidades del cajero automático aunque permaneció en el interior de una furgoneta sin que ella lo viera, por si hacía falta su presencia. La sospecha de los investigadores era que la toxicómana podría querer matarlo, como ya hizo con otro novio hace quince años, por lo que en ningún caso le habrían permitido acercarse a él.

Y es que Celia Q.S. parece tener fijación con los cuchillos. En octubre de 1995 apuñaló y mató a su compañero sentimental José Antonio A.G., un compostelano apodado "El Piti", de 37 años, propinándole dos cuchilladas, una en el corazón. Los hechos se produjeron en plena vía pública cuando ambos circulaban en un Seat 127 por la calle Ramón Nieto en Vigo.

"Yo asesiné a mi novio hace años", aseguraba ayer en comisaría la toxicómana, si bien argumentó que sólo cumplió prisión provisional porque lo hizo "en defensa propia". El fallecido había sido detenido en 17 ocasiones anteriores pro distintos delitos, mientras que Celia Q.S, en aquellos momentos, tenía cuatro detenciones por delitos menores como hurtos y estafas. Ambos estaban ya enganchados a las drogas, y Celia Q.S, fue una de las jóvenes atendidas por el colectivo antidroga Érguete.

La mujer, que durante las siete horas de retención de la abogada exigió una papelina, agua y tabaco a los negociadores, habría solicitado también cocaína, si bien no se le facilitó, en su opinión "porque no insistí bastante".

Una vez liberada la rehén la atracadora seguí muy nerviosa y alterada. Tanto que en la comisaría viguesa se negó a que le tomaran las huellas y le realizasen las preceptivas fotos, si bien finalmente lo aceptó y ayer declaró con normalidad, si bien sus explicaciones deben tomarse con cautela dada su situación psiquiátrica.

Se enfrenta a penas de hasta 8 años de cárcel que se reducirán por su drogadicción

Celia Q.S. pasará hoy mismo a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de Vigo en funciones de guardia. Tras su interrogatorio por la juez y el fiscal, previsiblemente se ordenará su ingreso en prisión provisional sin posibilidad de fianza.

En principio podría imputársele un delito de robo con violencia e intimidación, que conlleva penas de entre 2 y 4 años de cárcel; y otro de retención ilegal (para considerarse secuestro el rehén debe pasar 72 horas en manos de su captor), que está penado con entre 4 y seis años de prisión.

No obstante, cualquiera que sea la pena que proceda imponerle una vez que concluya la instrucción del caso y se celebre el juicio, se verá muy reducida ya que habrá que aplicarle la atenuante de drogadicción. Una condición avalada por su muchos años de consumo de todo tipo de estupefacientes.