El enfrentamiento no estaba en el campo de juego, sino en las gradas. El padre de un jugador de un equipo de fútbol infantil de Vigo se enfrenta a un año de prisión y al pago de una multa de 360 euros porque supuestamente agredió a dos hermanos de un niño que jugaba en el equipo contrario, uno de los cuales acabó con la nariz rota y también se tuvo que sentar en el banquillo por una presunta falta de lesiones al principal imputado. Los hechos ocurrieron hace más de dos años durante un partido que se disputaba en el campo de la Unión Deportiva Comesaña.

Todo se produjo el 1 de diciembre de 2007 en las gradas del campo donde jugaban los infantiles del Comesaña y de Balaídos. Iban ganando estos últimos y algunos padres de los chicos, según los hermanos agredidos, estaban "vacilando e insultando" a los locales, que estaban por detrás en el marcador. "Pedí que no se metieran con los niños y un padre me arrojó un pitillo encendido y después me dio un puñetazo", afirmó un joven en el juicio. Su hermano señaló que quiso defenderlo del presunto agresor y acabó cayendo con este último por las gradas. "Me propinó un puñetazo en la nariz", contó.

La versión del padre acusado fue distinta y otros progenitores apoyaron su relato, señalando que no agredió a nadie y que la colilla que tiró "estaba apagada". "[Los hermanos] fueron a por él", dijeron.