La planta de coque de la refinería se halla a muy corta distancia de la vivienda de Luisa Barbeito, la presidenta de la asociación de vecinos de Nostián. Se encontraba en la terraza de su casa y pudo escuchar con toda claridad la explosión. "Se oyó un ruido muy grande y salió una humareda hacia arriba y también oí gritar a los trabajadores que estaban allí. Después vi llegar a la ambulancia", explicaba Barbeito, quien en un principio se sobresaltó por lo sucedido, aunque explica que al poco tiempo recibió una llamada de la refinería en la que le informaron de que los vecinos no corrían ningún riesgo, por lo que podían estar tranquilos. Más tarde, el propio personal de Repsol se desplazó hasta Nostián para conversar con los residentes y comunicarles que en el accidente habían resultado heridas dos personas, cuya gravedad desconocían hasta el momento. La presidenta del colectivo vecinal admite que la detonación le causó un susto en el primer momento, aunque su vivienda no llegó a temblar ni sufrió la rotura de cristales. Luisa Barbeito pudo ver además la "gran humareda" que salía de la planta de coque y la llegada de los equipos de emergencias de la refinería. Pese a que la explosión también pudo oírse en Meicende, localidad situada al otro lado de la refinería,algunos vecinos de Nostián no llegaron a enterarse.