La declaración del lucense Manuel R.P., acusado de matar a su mujer en Oviedo, deberá esperar hasta que esté listo un informe psiquiátrico que determine su imputabilidad, esto es, si era responsable de su actos cuando apuñaló a su esposa, Isabel Larriet, de 59 años. Durante la noche del domingo y todo el día de ayer lunes, el presunto homicida permaneció ingresado en el área de psiquiátrica del Hospital Central. Los forenses completaron a primera hora de la tarde de ayer la autopsia de la víctima, que fue encontrada muerta poco después de las tres de la tarde del domingo en el domicilio familiar de La Estrecha, con varias heridas de arma blanca en el cuello. El informe ha sido remitido al Juzgado de Violencia contra la Mujer, que tramita las diligencias, y donde ayer por la mañana se personaron los hijos de la pareja, Javier y Arancha R.L.

Esta joven indicó que era aún pronto para asegurar que su madre había muerto degollada y mostró el mayor de los desprecios por la suerte de su progenitor. "No quiero saber nada de mi padre", aseguró con entereza.

Javier R.L. fue la persona a la que el presunto homicida llamó para decirle que había matado a su mujer. El joven, viudo desde hace unos meses, se desplazó a la vivienda, donde su padre no quiso abrirle la puerta hasta que llegó la Policía. El presunto homicida se mostró muy apesadumbrado y se mantuvo cabizbajo y metido en sí mismo durante el primer examen médico.