La Policía Local de Sanxenxo inició el programa de seguridad vial en el instituto de Vilalonga con la colaboración de un conductor que sufrió en primera persona la consecuencia de un mal comportamiento al volante. J.V.D. fue sorprendido con unas copas demás en un control de alcoholemia y ha decidido que su experiencia debe servir para algo más que para un escarmiento. Por eso, cada mañana, se enfrenta a un auditorio lleno de jóvenes y les habla con la intención de que no repitan su mismo error.

El conductor se enfrentó a un juicio rápido por arrojar una tasa positiva de 0,65 en un control de alcoholemiay además de la correspondiente sanción y una retirada de carné durante ocho meses, fue condenado a 20 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

"El juez me dio a elegir entre realizar tareas de limpieza en las playas o la posibilidad de ofrecer mi testimonio en las clases de seguridad vial que se imparten a los escolares y opté por la segunda opción", subraya el J.V.D., de 50 años de edad, al tiempo que reconoce que aunque la primera alternativa protegía más su anonimato, contar su experiencia no le ha supuesto ninguna dificultad. "Lo que estoy haciendo me da la oportunidad de comunicarle a los estudiantes mi experiencia y que de esta manera sirva para algo", matiza.

J.V.D. colabora con la Policía en las clases que desde el pasado lunes se imparten en el instituto de Vilalonga y admite que al principio ver el auditorio lleno de jóvenes estudiantes de hasta 20 años le impresionó. "Sobre todo me preocupaba la opinión y las expectativas que tendrían los alumnos sobre mi intervención, pero los nervios enseguida se pasan", matiza.

Así es que, después de seis sesiones de seguridad vial, el conductor se encuentra en su salsa y cada día, tras la proyección de los vídeos que explican la importancia de los mecanismos de seguridad vial como el cinturón o el casco y los graves efectos del alcohol y las drogas al volante, llega el turno de contarle su experiencia al auditorio.

"Durante mi exposición trato de transmitir a los estudiantes que no deben seguir el comportamiento que me trajo hasta aquí porque, a pesar de que la experiencia ha sido grata por esta oportunidad que tengo, las consecuencias habían podido ser mucho más graves", subraya.

En este mismo sentido se pronuncia Abelardo Martínez, el oficial de la Policía Local que coordina las clases y que cada mañana acompaña a J. V. D.

"A experiencia é positiva, tanto para os alumnos como para o conductor. Moitos rapaces exprésanlle a súa admiración porque aseguran que preferirían ir a limpar praias ou facer calquera outro tipo de traballo en beneficio da comunidade antes de vir aquí e recoñecer en público que foran detidos por dar positivo nun control de alcolemia", subraya el oficial, que reconoce que contar con un testimonio en primera persona supone una colaboración "inestimable" en el desarrollo de las clases.

El agente considera que la intervención de J.V.D. es muy importante a la hora de transmitir a los jóvenes que la probabilidad de que las personas que consumen alcohol al volante sean detenidas es muy alta.

"Este veciño tivo moita sorte, porque é verdade que o paramos pero ó fin e ó cabo non lle pasou nada, é dicir, non foi por unha morte nin por un atropello. E esta sorte non se ten todos os días", concluye el agente de la Policía Local.