"Me gustan las armas y colecciono munición que sobra en el tiro de Pontevedra. No tengo licencia de armas. Admito la tenencia ilegal, pero no el depósito porque tiene que haber al menos cinco armas. Usted puede calificarlo como quiera", espetó Sabino Luis A. C. al fiscal.

El antiguo legionario es un viejo conocido de las fuerzas de seguridad. Recordó ante el tribunal que "en tiempos de Franco" fue condenado a 4 años por tenencia ilegal de cuatro armas; que cumplió 10 años de prisión en Portugal por un atraco violento y que, en España, Garzón le vinculó a un atraco a un furgón blindado por lo que fue detenido en Puebla de Sanabria en 1994, aunque "Del Olmo lo archivó por falta de pruebas". Recordó, además, su vinculación "con la venta de bombas atómicas de la Cañiza", en relación a su detención con dos personas en 2004 por una estafa que frustró la Policía Nacional en Vigo. Pretendían vender falsos artefactos como bombas de mercurio y embolsarse 27 millones de dólares.

En cuanto al hachís incautado en su casa aseguró que era para consumo propio; que las pastillas de éxtasis se las vio al amigo que le ayudó a montar los muebles y "que ahora es testigo del fiscal"; que los detonadores son "fulminantes para la pesca" y que los bidones de nitrato de sodio, ácido bórico, acetona y demás productos no eran para cortar drogas, sino para empavonar armas y pulir cristales. Explicó que la ametralladora "un arma de la segunda guerra mundial" y la pistola Astra, "eran de un portugués que se dedica a la venta de armas y que puso pies en polvorosa en cuanto leyó en el periódico que se habían intervenido.