Carmen Casal fue agredida sexualmente y murió por asfixia, según los forenses

La mujer asesinada en septiembre de 2004 en la parroquia viguesa de Candeán, María del Carmen Casal, murió por asfixia, pero antes padeció un autentico calvario de varias horas a manos de Juan Carlos Lago Enciso, que reconoció haberla matado en el juicio que se sigue contra él en la Sección Quinta de la Audiencia en Vigo.

Los forenses confirmaron ayer que el cuerpo de la víctima no presentaba indicios de defensa y que en su cuello había marcas que demostraban que la retuvieron sujeta y tiraron de ella "con una cuerda trenzada o similar". Las heridas de arma blanca que presentaba en el pecho y en la espalda se realizaron cuando estaba desnuda y no se le permitió cubrirse hasta que dejaron de sangrar, pues la bata que se puso después no tenía manchas de sangre.

Los facultativos que realizaron la autopsia confirmaron la muerte por asfixia de la mujer, y aunque fue estrangulada -su asesino dejó huellas de sus manos alrededor del cuello y el cartílago tiroideo estaba roto- no está claro si la muerte le sobrevino en ese momento o con la obstrucción de las vías respiratorias, ya que le introdujeron la manga de su chaqueta en la boca y su cabeza fue tapada con una bolsa de plástico.

Todavía con vida, según los forenses, sufrió un "traumatismo de gran intensidad" en el cráneo que posiblemente conllevó la pérdida de conocimiento, lo que apunta que pudieron golpear su cabeza contra el suelo mientras era estrangulada. El golpe con un mojón de casi 7 kilos, también en la cabeza, se le propinó cuando ya había fallecido, según explicaron los expertos.

Las lesiones punzantes e incisas (dos de ellas en un pecho y otra de 13 centímetros en la espalda) son "posiblemente intimidatorias", y denotan una "situación de dominio del agresor sobre la víctima", explicaron.

La sorpresa de la jornada fue que los forenses admitieron que sí hubo agresión sexual, como sostenían la Fiscalía y la acusación particular. En el informe de la autopsia consideraban que no había signos de ello al no haberse hallado restos de semen ni lesiones graves, pero a preguntas del fiscal que les explicó que este delito jurídicamente era amplio y no necesitaba la existencia de penetración, reconocieron que las erosiones del pubis obedecían a la presión de unos dedos. El abogado defensor preguntó si podrían responder a un forcejeo, y replicaron que fue "una contusión directa". En cuanto al examen psiquiátrico realizado a Juan Carlos Lago, concluyeron que presenta una "psicopatía" que no altera su capacidad cognitiva y volitiva.

El acusado no quiso hacer uso de su derecho a la última palabra. Fue su abogado, en nombre de la familia de Juan Carlos Lago, quien pidió perdón a la familia de María del Carmen Casal, presente en la sala. El letrado explicó que el deseo de la familia del acusado es que sea internado y reciba tratamiento psiquiátrico porque "debe ser vigilado y controlado". En ese sentido, afirmó que tiene un trastorno mental y "subsiste la peligrosidad" de reincidencia al salir de prisión.