R. Prieto / A Coruña

Ni rastro de Raimundo Reinoso. La policía venezolana lleva cerca de dos meses en busca del emigrante gallego, secuestrado por una banda cuando iba a su taller en Caracas. Entre el 26 de febrero, cuando fue raptado, y el 6 de marzo, los secuestradores contactaron cinco veces con la familia para exigir el rescate -700.000 bolívares, unos 150.000 euros-. Desde entonces, los raptores no han vuelto a llamar a los familiares del empresario ourensano, de 68 años, casado y con dos hijas.

Esta falta de noticias, junto al delicado estado de salud en el que se encontraba en el momento del rapto, han hecho perder a la policía venezola la esperanza de poder encontrarle con vida.

La División de Antiextorsión y Secuestro de Caracas sólo ha detenido hasta la fecha a un implicado en el rapto. El arresto de Alberto F. A. se produjo en la capital el 16 de marzo. En su declaración, el detenido admitió su participación en el secuestro pero negó que tuviera conocimiento del paradero del resto de los integrantes de la banda -al menos 7 personas más-. Contra todos ellos la policía venezonala, que sospecha que se encuentran escondidos en la localidad de Miranda, cercana a Caracas, y el estado de Maracaibo, en la frontera con Colombia, ya ha dictado órdenes de busca y captura.

Tras mes y medio sin contacto por parte de la banda con la familia, el equipo de investigación teme por el estado del secuestrado, que fue operado 15 días antes del secuestro y que estaba pendiente de una nueva intervención quirúrgica. Desde hace tres semanas, agentes de la División de Antiextosión y Secuestro rastrean las montañas de Barlovento, cerca de Caracas, en busca de pistas sobre el paradero del emigrante.