Un vecino de Cangas que padece una patología esquizofrénica, Pablo P.N., aceptó ayer una pena de 6 años y 3 meses de prisión al reconocerse autor de los delitos de coacciones, quebrantamiento de condena e incendio con peligro para la vida de las personas de los que era acusado. No obstante, el condenado no ingresará en prisión, sino que, debido al trastorno mental que padece, la pena de cárcel se convertirá en 11 años de internamiento en un centro psiquiátrico, según confirmó el abogado de la defensa.

El procesado reconoció en el juicio que, tal y como constaba en el escrito de acusación, sometió a una vecina del lugar de Herbello, en la parroquia canguesa de Aldán, a una continua vigilancia y acoso, dejándole mensajes amenazantes. A pesar de la orden de alejamiento dictada por el juzgado de primera instancia que le impedía acercarse a la víctima, éste siguió merodeando su domicilio. Incluso después de ingresar en prisión siguió enviándole mensajes y cartas.

Los hechos de mayor gravedad se produjeron el 21 de agosto de 2006 sobre las 2,30 horas, cuando se dirigió a la vivienda de la mujer y prendió fuego a varios objetos que se encontraban en el garaje de la casa, así como a un vehículo que había en el interior. En la casa se encontraban la mujer y dos hijos menores de edad que tuvieron que ser desalojados ante el peligro que corrían en el inmueble.

Cuando en el acto del juicio celebrado ayer el fiscal le preguntó si se reconocía autor de los hechos, el acusado respondió que, por aquel entonces, "yo no tomaba la medicación y no sabía lo que hacía, estaba muy mal".

Reconoció que dejaba mensajes a la víctima y que le escribía incluso desde prisión. Lo que sí negó es que amenazase a varios vecinos de la zona.