El denominado "juicio del año" en Brasil, terminó con la condena de los reos, Suzane von Richthofen y Daniel y Cristian Cravinhos, por la muerte del ingeniero alemán naturalizado brasileño Manfred von Richthofen y de su esposa Marisia.

El 31 de octubre de 2002 la pareja fue salvajemente asesinada a golpes con instrumentos contundentes mientras dormían.

El jurado popular, compuesto por tres mujeres y cuatro hombres, consideró en su veredicto que Suzane no fue presionada a matar a sus padres por su ex novio Daniel, como argumentaba su defensa.

La sentencia del juez Alberto Anderson Filho establece que Suzane y Daniel Cravinhos, de 25 años, cumplirán 39 años de prisión en régimen cerrado por los dos homicidios, y seis meses en régimen semi abierto por fraude procesal, ya que intentaron alterar la escena del crimen para hacer creer a las autoridades que se trataba de un robo seguido de asesinato.

Christian Cravinhos, de 30 años, pasará 38 en la prisión y seis meses más en régimen semiabierto.

Durante el juicio los reos se acusaron mutuamente de ser los inductores del crimen y para convencer al jurado expusieron sórdidas historias relacionadas con sexo, drogas, incesto, alcoholismo y maquinaciones para obtener la herencia de los Von Richthofen.

La sentencia determina que los condenados no podrán apelar en libertad y deberán cumplir sus penas íntegramente.

Los tres salieron ayer del tribunal directamente para la prisión.

Los acusadores lograron convencer a los miembros del jurado de que los reos planearon y ejecutaron el crimen con el único motivo de apoderarse de los bienes de la pareja von Richthofen, calculados en más de dos millones de reales (unos 750.000 euros).

La defensa de la joven acusó a los hermanos Cravinhos de inducirla a facilitar los medios para asesinar a sus padres y sugirió que la joven era víctima de abusos por parte de su padre.

Los abogados de los hermanos argumentaron que Suzane von Richthofen planeó todo e indujo a los jóvenes a matar a la pareja para vengar los supuestos abusos que ella recibía.

Las acusaciones de violencia familiar fueron rebatidas durante el juicio por Andreas, hermano menor de Suzane, y por otros allegados de la familia.