¿Se puede vivir del encaje de Camariñas?

Las palilleiras lo ven difícil: una hora de trabajo a veces se paga a 50 céntimos | Mañana abre la Mostra do Encaixe en A Costa da Morte

EL CONCELLO DE CAMARIÑAS, EN UNA PRESENTACIÓN DE UNA EDICIÓN ANTERIOR.

EL CONCELLO DE CAMARIÑAS, EN UNA PRESENTACIÓN DE UNA EDICIÓN ANTERIOR. / Fran Queiruga

Mar Mato

Mar Mato

Marina Soneira, de 66 años, lleva palillando desde muy niña. Le enseñó su abuela. Vive en Muxía donde preside la Asociación Nosa Señora da Barca, con 40 palilleiras inscritas. Es uno de los colectivos de artesanas del encaje de la villa coruñesa. La entidad, años atrás, llegó a tener 105 participantes.

Soneira explica que la gente era mayor y fue falleciendo y que la joven evita dedicarse a palillar buscando otras salidas profesionales. “Isto non dá. No século XVIII ou XIX había en Muxía seis tendas de encaixe para exportar fóra. Agora, non hai ningunha”, se queja.

LA FERIA DEL ENCAJE DE CAMARIÑAS, EN EL AÑO 2015-

LA FERIA DEL ENCAJE DE CAMARIÑAS, EN EL AÑO 2015- / M.E.

Una labor poco valorada

Para esta mujer la artesanía hoy en día está muy poco valorada y defiende que desde las administraciones deberían apoyarla e impulsarla. Las palilleiras son conscientes de que su trabajo a mano durante horas, días e incluso meses tiene que competir en el mercado con encajes mucho más baratos y hechos con máquinas que proceden de otros países pero que no son ni de lejos igualables.

La Mostra do Encaixe abre ya

Tanto las creadoras de este municipio como de otras localidades de A Costa da Morte aguardan el inicio de uno de los acontecimientos del año: la Mostra do Encaixe de Camariñas que arranca mañana. En ella, pueden montar stands donde vender sus productos.

Desfile en la pasarela de moda de la Mostra do Encaixe de una edición anterior.

Desfile en la pasarela de moda de la Mostra do Encaixe de una edición anterior. / E.P.

Algunas palilleiras como María Amalia González Ameijenda, de Camariñas y con 54 años, trabajan todo el año para reunir una producción a la que dar salida estos días. Su espacio lleva el nombre de O cornechiño de Lita.

Una evolución no muy buena

Para González Ameijenda el encaje sí puede suponer una fuente buena de ingresos aunque reconoce que la evolución en los últimos años no ha sido muy buena. Aún así, cree que “hai xente que lle pode quitar rendabilidade”.

Hasta el 31 de marzo, diseñadores y marcas como Devota & Lomba, Dolores Cortés, José Matteos, Anamingo, El Pulpo o Sara Lage, entre otras, mostrarán la aplicación del encaje de bolillos en prendas o accesorios.

Un encaje de Camariñas que Zara lleva por el mundo

También mostrarán su trabajo diseñadores emergentes o algunas creadoras que acaban de rematar la carrera o a punto están de finalizarla. En su mente, figura dar una nueva vida a un producto de artesanía que este año se ha vuelto universal con Zara Home donde se pueden adquirir toallas de lino con el trabajo de bolillos por casi cien euros.

Toalla de Zara Home con encaje de Camariñas.

Toalla de Zara Home con encaje de Camariñas. / Zara Home

Un trabajo que debería estar mejor pagado

No obstante, María Amalia González indica que hoy en día el encaje de Camariñas se ha democratizado. “Antes un xogo de toallas con encaixe podía custar uns cen euros; agora por uns 70 e pico pódese comprar. Un mantel de 12 servizos pódese conseguir por 200 ou 250 euros, depende do labor que leve”, aclara una palilleira que reconoce que realiza encaje “para desestresarse” más que para lograr ingresos.

Marina Soneira añade que una puntilla estrecha puede costar ocho euros el metro pero si es ancha y con mucho trabajo puede costar hasta 70 euros el metro. Aunque parezca caro, las cuentas al detalle demuestran lo contrario. “Facer un pano pequeno pode levarche unha semana. Sae a hora máis ou menos a 50 céntimos”, explica Marina.

Si bien las toallas y la mantelería siguen siendo dos de los principales soportes para el encaje, las diseñadoras y diseñadores más artesanas se han afanado en la última década en plasmarlo en pendientes y otras joyas; abanicos pero también en diademas.

Devota y Lomba, con diademas realizados con encaje de Camariñas.

Devota y Lomba, con diademas realizados con encaje de Camariñas. / D.L.

Precisamente, en esta edición de la Mostra, Devota & Lomba mostrarán sus accesorios con encaje para el pelo. “Nos alejamos de la aplicación tradicional en prendas para convertirlo en un complemento versátil, en un objeto, en una joya independiente del traje”, señala la marca a través del gabinete de la Mostra.

Los jóvenes valores

Otra diseñadora que desfilará allí es la ponteareana Uxía Loureiro que el año pasado se hizo con el primer premio de los diseñadores emergentes. La joven está finalizando estudios en la Mestre Mateo de Santiago. “El encaje, confeccionado a mano, está hecho por mujeres que lo pasan de generación en generación. Eso no se valora ahora. La gente dice que es caro, no tiene en cuenta el trabajo que viene detrás”, lamenta.

Uxía Loureiro, 
diseñadora.   | // U.L.

Uxía Loureiro, diseñadora. | // U.L. / mar mato

Su colección para este año homenajea a sus abuelas y bisabuela portando cada vestido sus nombres al tiempo que recuerda con sus flores las alfombras del Corpus de Ponteareas y los cuadros de los mandiles: Rosa, María, Filomena y Consuelo.

Quien se estrena en la pasarela de la Mostra es la diseñadora Clara Caneda, de o Grove. “Vía o encaixe como algo tradicional, pero ao empezar a manipulalo deime conta que podía facer cousas diferentes con el. Na miña colección mesturo elementos mariñeiros para romper co encaixe” que une al vaquero jugando con la tradición pesquera de los pueblos de toda la vida.

Quien ha desfilado en otras ocasiones es Xoaquín Ruiz, un gaditano que se enamoró de Camariñas y su encaje. “Este enriquece la fusión de mis raíces con el norte. Le da más valor al vestido al ser hecho a mano”, defiende una persona que recuerda la primera vez que vio palillar: “Me pareció un trabajo dificilísimo, muy complicado”.

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