Suárez: “Paco de Lucía hizo de la guitarra la protagonista y la llevó al Teatro Real”

“Hasta el último día estuvo preocupado por cómo actualizar su música, por cómo añadir nuevos matices”, asegura el autor de la biografía “El enigma Paco de Lucía”

César Suárez y Patricia Sánchez, ayer, durante el Club FARO. |   // JOSÉ LORES

César Suárez y Patricia Sánchez, ayer, durante el Club FARO. | // JOSÉ LORES / ágatha de santos

“Paco de Lucía tenía la sensación de estar siendo un impostor cuando todo el mundo lo adoraba y lo consideraba el número uno indiscutible de la música, no sólo ya de la guitarra”. Así lo aseguró ayer en el Club FARO César Suárez (Madrid, 1975), autor de “El enigma Paco de Lucía” (Lumen), una biografía que recorre, con un enfoque narrativo, la vida del guitarrista de flamenco más universal, al que definió como un hombre lleno de contradicciones, cuyo espíritu estaba siempre, como el propio músico dijo en alguna ocasión, “en desasosiego amable”.

Paco de Lucía (Algeciras, 1947-México, 2014) fue un niño prodigio y extremadamente tímido, que se parapetaba tras su guitarra, con la que por momentos mantuvo una relación de amor-odio. Tal vez por esa timidez no llevó bien la fama, que tampoco soñó nunca con tener. Lo que a Paco de Lucía le gustaba realmente era divertirse, vivir y tocar. “No le gustaba nada aparentar y detestaba toda la ornamentación que llevaba el éxito”, comentó el periodista especializado en cultura, redactor jefe de la revista “Telva” desde hace 16 años.

Suárez arranca esta biografía con la entrevista que le hace al guitarrista Jesús Quintero en el programa “La hora de...”, el 25 de febrero de 1976. Fue precisamente Quintero, que entonces era promotor cultural, quien movió el tema “Entre dos aguas”, incluido en el disco “Fuente y caudal”, por las radiofórmulas. Con este tema, el guitarrista de Algeciras consiguió su primer hito musical: colocar un tema de guitarra flamenca en el número uno de las canciones más escuchadas.

Pero no sería el último. El guitarrista, que formó dúo con Camarón de la Isla, empoderó a la guitarra flamenca, que era algo secundiario que acompañaba al cantaor o al bailaor de flamenco, y la llevó del tablao a los grandes escenarios. “Hizo de la guitarra la protagonista, hasta llevarla al Teatro Real”, aseguró Suárez durante la conversación que mantuvo con Patricia Sánchez, gestora cultural.

Curioso por naturaleza y aprendiz incansable, se empapó de otros géneros musicales, como el jazz y la bossa nova, que fue incorporando a sus composiciones. “Hasta el último día estuvo preocupado por cómo actualizar su música, por cómo añadir matices nuevos”, afirmó el autor de esta biografía, que coincide con el décimo aniversario de su repentina muerte en Playa del Carmen (México), el 25 de febrero de 2014. La vorágine de las actuaciones, que le llevaban de un extremo a otro del planeta, terminó pasándole factura, según Suárez. Tenía 66 años cuando un infarto silenció su guitarra para siempre.

El conferenciante recorrió los principales sucesos de la vida del guitarrista, repasó sus influencias musicales y relató alguna de las anécdotas que le contaron algunas de las personas que mejor le conocieron, como su hermano Pepe, cantaor del Sexteto de Paco de Lucía; su primera mujer, Casilda, y amigos suyos, que sirvieron para acercar al hombre más allá del mito. Entre los rasgos que más le llamaron la atención a Suárez del genio de la guitarra flamenca, entre los que destacó su permanente insatisfacción, su duda permanente y su extrema sensibilidad.

“Su gran dimensión humana fue la que hizo que comenzara a tirar del hilo. Tenía una sensibilidad además de exquisita por elegante y por fina, extrema, de genio, con una agudeza para la perfección de los sentimientos de los demás que estaba muy por encima de lo normal”, sostuvo.

También puso énfasis en el arduo trabajo que se esconde tras la genialidad de su música y recordó que con tan solo once años estudiaba guitarra hasta diez horas diarias, mientras sus hermanos y amigos jugaban en la calle y se bañaban en la playa. Su padre, que fue quien lo educó en la música, era muy severo, pero sus enseñanzas quedaron grabadas a fuego en el alma del músico, que siempre sintió la obligación de devolver a su progenitor todo lo que había hecho por él. “Su relación con su familia me emociona”, confesó el escritor, que hace un año presentaba, también en el Club FARO, su primer libro, “Cómo cambiar de vida con Sorolla” (2023).

Un genio del flamenco, enigmático, perfeccionista e ídolo a su pesar

Paco de Lucía aprendió a tocar la guitarra en su casa gracias a su padre, que elaboró un ambicioso plan al estilo del que Leopold Mozart llevó a cabo con su hijo, según César Suárez. Pronto se convirtió en un virtuoso que superó a todos sus maestros e hizo su primera gira mundial con tan sólo catorce años. Formó una pareja mítica con el cantaor Camarón de la Isla y expandió los límites del flamenco hacia lugares inimaginables. Ídolo a su pesar, en la furia de su toque está a la vez la búsqueda y la huida de sí mismo, según el periodista madrileño, que en este libro biográfico, no sólo muestra el carácter atormentado del guitarrista y su incansable búsqueda de la perfección, sino que homenajea al flamenco, recordando a aquellos artistas que influyeron en Paco de Lucía, como Niño Ricardo y Ramón Montoya. “El enigma Paco de Lucía” está escrito, según su propio autor, desde la curiosidad de quien quiere conocer algo que admira profundamente. “Me considero un extraño en la tierra infinita del flamenco, una cultura que asombra al mundo”, afirma el periodista. Así, el lector descubrirá no sólo la vida del músico, sino las historias de quienes le precedieron y le mostraron el camino. “Como me contó uno de sus mejores amigos –comenta Suárez–, estar cerca de Paco era como asomarse a una cámara de las maravillas donde sabías que él iba a alumbrarte con tesoros”.