Una abuela inicia un crowdfunding para financiar el tratamiento de su nieto con cáncer

Elizabeth Parker-Gleeson (68 años) es la abuela de Robin, un pequeño de casi dos años, al que, con tan solo 12 meses, le descubrieron un neuroblastoma de alto riesgo, un tipo raro y agresivo de cáncer infantil que afecta solamente a 50 niños al año en España y cuyo tratamiento cuesta cerca de 500.000 euros.

Hace justo un año, tan solo un par de días después de su primer cumpleaños, los padres de Robin (Rachel y Nick Samuel) decidieron llevar a su hijo al hospital porque no dejaba de llorar y parecía estar sufriendo dolores. Fue ahí cuando le descubrieron el cáncer. Los primeros seis meses de quimioterapia los recibió en un hospital infantil de Londres (Great Ormond Street Hospital), donde vive la familia, pero una vez finalizado el tratamiento les comunicaron que la mejor oportunidad posible para Robin de vivir una vida larga, sana y libre de hospitales, era recibir un innovador tratamiento de inmunoterapia que no está disponible en Reino Unido, pero que aumenta hasta un 85% su posibilidad de sobrevivir a la vida adulta. 

Solo dos posibilidades

Tras investigar todas las opciones, comprobaron que ese tratamiento solo lo ofrecían dos hospitales: uno en Nueva York y otro en Barcelona. Por cercanía, decidieron acudir al Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, donde el pasado octubre comenzó a recibir sus tratamientos de radioterapia e inmunoterapia, y, si todo va bien, podrá volver a casa en mayo. Otra razón para elegir Barcelona fue tener más cerca a Elizabeth (madre de Rachel), que, desde hace 24 años vive en Málaga, actualmente en Mijas, y que ha acudido ya en varias ocasiones a Barcelona para ayudarles. 

De hecho, fue justamente Elizabeth quien tomó la iniciativa de lanzar un crowdfunding en España para tratar de recaudar el dinero que les faltaba para poder financiar el tratamiento de Robin. “Era mucho dinero y no nos lo podíamos permitir. Pero un día hablando con una amiga me dijo que algo teníamos que hacer y se nos ocurrió la idea del crowdfunding. ¡En tres semanas estaba montado!”, explica la abuela de Robin, que ha querido compartir la historia de su nieto con este periódico con el objetivo de dar a conocer la causa y poder recaudar más fondos. 

“La clave está en que si alguien no puede afrontar realizar una donación, que lo comparta para intentar llegar a más gente”, destaca la abuela del pequeño, que, además del crowdfunding ha organizado varias jornadas de recaudación de fondos. La siguiente tendrá lugar el próximo 3 de febrero en el The Junction Bar en Arroyo de la Miel. 

Objetivo: 400.000 euros

En total, la familia ha puesto en marcha dos crowdfunding. Uno primero en Reino Unido, de la mano de Rachel, y otro más tarde en España para facilitar las donaciones sin los obstáculos de los cambios de divisas. El segundo, que se lanzó hace tan solo un mes y medio con la plataforma GoFundme, lleva recaudado hasta ahora más de 1.130 euros. El objetivo es lograr 90.000 euros cada mes para poder llegar a los 400.000 euros que les faltan para poder pagar todo el tratamiento. Entre ambas iniciativas, más las recogidas de fondos organizadas por Elizabeth, la familia ha reunido ya cerca de 300.000 euros. 

“Estoy abrumada. La solidaridad de las personas es increíble. La gente es muy buena”, repite en varias ocasiones Elizabeth, que cuenta que durante la primera jornada de recaudación de fondos en los Boliches (donde trabajaba) se emocionó al comprobar toda la gente conocida, y desconocida, que se acercó a hacer una aportación. “Es muy bonito ver cómo la gente se ha unido por esta causa”, afirma la abuela de Robin, que subraya que es una situación muy difícil y estresante para todos, pero, sobre todo, para los padres del pequeño, que tuvieron que usar los pocos ahorros que tenían y ahora viven con la incertidumbre de si lograrán recaudar el dinero suficiente. 

Un niño muy alegre

En su corta vida, Robin ha tenido que pasar ya por varios meses de quimioterapia, dos operaciones de gran envergadura e innumerables anestesias generales. No obstante, a pesar de todo, “es muy buen paciente. Está contento todo el tiempo”, asegura su abuela, que recuerda que sus padres se dieron cuenta de que algo iba mal cuando dejó de estar tan alegre. "De hecho, ya habla más español que inglés porque está todo el día rodeado de españoles a causa del tratamiento”, cuenta a modo de anécdota su abuela, que destaca que una de las primeras palabras del menor fue “gazpacho”. 

"Nuestro pequeño está sin lugar a dudas en las mejores manos, recibiendo el mejor tratamiento disponible en toda Europa, pero necesitamos de su ayuda", concluye Elizabeth, que hace hincapié en que gracias a la inmunoterapia podrían evitar que el cáncer volviese a atacar a Robin cuando crezca, pues ayudará a que su cuerpo reconozca cualquier célula cancerosa microscópica y apoyará a su sistema inmunitario para evitar recaídas en etapas posteriores de su vida.

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