Costumbres y tradiciones

Charlas al fresco en Andalucía: el "chismorreo" que quiere ser Patrimonio de la Humanidad

Algar, un pueblo de Cádiz, quiso reconocer esta costumbre ante la Unesco, pero la Junta le recomendó proponerlo antes como BIC

Ahora, busca el aval de otros municipios de la provincia y de toda Andalucía para que se unan a su iniciativa

Vecinos charlando al fresco en Algar, Cádiz, en 2021.

Vecinos charlando al fresco en Algar, Cádiz, en 2021. / EFE

Ana Ayuso

El verano ya se sacude la arena, la sal del mar y los hierbajos del monte para entrar en la cotidianeidad un curso más. Son los últimos días de playa, de leer sin mirar el reloj, de ir dando un paseo a la heladería más lejana, de sudar quieto y, en Algar, un pequeño pueblo de la sierra de Cádiz, se acercan también las últimas tardes del año de sacar las sillas al fresco para chismorrear con los vecinos

Este ritual tan costumbrista se propuso como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2021. Su alcalde, el de entonces y el de ahora, tras ser reelegido en la elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, quiso dar la vuelta a un titular que decía algo parecido a "Al fresco con la Unesco". "Ese artículo a mí me impactó. Empezamos a darle vueltas y pensamos que lo podíamos aplicar a esta tradición de Algar", dice José Carlos Sánchez (PP).

Vecinos de Algar (Cádiz) charlan al fresco, en 2021.

Vecinos de Algar (Cádiz) charlan al fresco, en 2021. / EFE

Antonia, una vecina del pueblo, recuerda charlar con los vecinos a la puerta de casa "desde pequeñilla". "Con mi madre, me sentaba al fresco siempre. Ahora, se sigue sentando la gente, pero, con los aires acondicionados, menos", afirma. En su calle, lo continúan con "el fresco", como lo llaman popularmente, pero también sacan las sillas a la calle en la vía principal y en la plaza del Ayuntamiento de este municipio de poco más de 1.400 habitantes.

"A no ser que hiciese mucho frío, nos sentábamos un poquito y hablamos de muchos temas: de lo que pasa en el pueblo, de nosotras mismas, de lo que dicen en la tele, del fútbol, de la selección de las niñas, de nuestras cositas", sostiene. Pero es una rutina que se acota al periodo estival: "Empezamos a salir en junio, cuando a los niños les dan las vacaciones. Ahora, empiezan el colegio el día 11 y ya no podemos estar con ellos en la calle", se lamenta esta vecina (de verde, a la derecha de la publicación de Instagram), que se consuela con que, al menos, se volverán a juntar todos después de las fiestas patronales de Algar, que se están celebrando esta semana, para hacer "una cenita o un almuerzo" de despedida entre los 16 vecinos que se agrupan a las puertas de casa.

Algar tuvo la iniciativa

José Carlos Sánchez pensó en que era necesario poner en valor la tradicional práctica, que se repite cada verano en su pueblo y en otros muchos de España. Incluso también en algunas ciudades. Cansado de que, "con tantas redes sociales, los niños parece que ya no juegan en la calle", se lanzó a proteger esta costumbre.

"Yo cuando era pequeñito recuerdo que jugaba en la calle, las puertas de las casas estaban abiertas y entraba a la casa del vecino a beber agua o a coger una galleta. La calle era una familia y es a lo que queremos volver, a que haya esa convivencia, al chismorreo, al cotilleo", destaca el alcalde, consciente de que a veces él es el protagonista de las conversaciones: "Yo sé que, cuando voy por la calle, la gente murmura: 'Mira, por ahí va el alcalde. Mira cómo va vestido hoy'".

Y eso es lo que quieren que regrese, una comunicación física que consideran "fundamental". Por eso, José Carlos Sánchez trasladó a la Unesco en 2021 convertir las charlas al fresco de Algar en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Cuando consultó con la Junta de Andalucía qué senda le recomendaban seguir, le propusieron que el "paso ideal sería declararlas primero Bien de Interés Cultural (BIC) y, después, con ese reconocimiento, trasladarlo a la Unesco". 

Vecinos de Algar (Cádiz) charlan al fresco, en 2021.

Vecinos de Algar (Cádiz) charlan al fresco, en 2021. / EFE

Necesita el apoyo de más pueblos

Para declarar las charlas al fresco Bien de Interés Cultural, Algar necesita "el aval de más municipios", reconoce el regidor. "Hemos elaborado una carta para mandarla a todas las localidades de la provincia Cádiz para invitarles a unirse a la petición. Primero, lo llevaremos al pleno de la Mancomunidad de la Sierra de Cádiz y, después, al pleno de la Diputación de Cádiz", detalla. Si el proyecto recibe una respuesta positiva, volverán a la Junta de Andalucía con el acuerdo de toda la provincia. Algunos pueblos, como Conil de la Frontera, ya han apoyado la propuesta de Algar.

Sin embargo, este patrimonio no es exclusivo de la provincia de Cádiz. Ni siquierá sólo de Andalucía. Así lo ha percibido el alcalde de Algar, a quien le han llegado mensajes de poblaciones de varios puntos de España que se han interesado por su iniciativa. "Nuestro municipio, al igual que otros de la comunidad andaluza, mantiene como seña de identidad cultural charlar al fresco durante las noches", explica Ana Millán, concejala de Turismo y Cultura de Monda (Con Andalucía), en la provincia de Málaga.

Este pueblo de 2.844 habitantes, que se ubica en la comarca de la Sierra de las Nieves, apoya la iniciativa a declarar BIC las charlas al fresco, puesto que este pasatiempo "propicia el bienestar de familias completas, pero sobre todo ayudan a nuestros mayores a pasar acompañados parte de sus vidas". "Los vecinos y vecinas aprovechan y se refrescan sentados en las puertas de sus casas, a la vez que se establecen largas charlas en las que se crea un encuentro social", justifica.