Entrevista | Núria Coll Periodista y divulgadora especializada en salud

“Tenemos muchas oportunidades cada día de comer para enfermar o para sanar”

Presenta hoy en Vigo su obra “Soy como como”, una guía para mejorar la alimentación y cuidar la salud

La periodista y divulgadora Núria Coll.

La periodista y divulgadora Núria Coll. / Sebastián Peinado

M. González

M. González

Núria Coll presenta hoy en el FNAC de Vigo (19.00 horas) su libro “Soy como como” (Grijalbo), una guía para mejorar la alimentación y cuidar la salud en la que expone ideas y pensamientos basados en el sentido común y con el objetivo de “despertar en el lector la ambición de tener un criterio propio sin depender tanto de lo que los gurús dicen que hay que comer.”

–¿Qué es la rueda de la vida sana de la que habla en el libro?

–Son seis ejes que presento en el libro. Voy a fondo con la alimentación, que es el primer capítulo y para mí es fundamental y creo que nos va la vida en alimentarnos bien o mal, pero después hay otras cosas que también he ido introduciendo como la gestión emocional, el buen descanso, la actividad física, la tribu, o la ausencia de tóxicos.

–Lo de los tóxicos es preocupante...

–Hay muchos tipos de tóxicos y empieza ha haber mucha evidencia científica. Si no estás muy especializado te pasa de largo el impacto que están teniendo tóxicos constantes de los que estamos rodeados y está bien ser conscientes de ello.

–Dice en el libro que agua embotellada no siempre es la mejor.

–De hecho, no estamos seguros con ningún agua prácticamente. Hay que meter filtros porque que la del grifo sea potable no quiere decir que sea saludable. Y en la de botella se encuentran restos de medicamentos, pesticidas, metales pesados... Es algo en lo que hay que poner más foco, tiene que ser más prioritario. Siempre hablo del agua, de la sal y del aceite, que son los alimentos que más consumimos a lo largo de nuestra vida y tienen que ser de calidad.

Portada del libro "Soy como como", de Grijalbo.

Portada del libro "Soy como como", de Grijalbo. / Cedida

–¿Qué más mitos en torno a la alimentación os llevan a hábitos erróneos?

–El de que hay que comer cinco veces al día, poco y a menudo, y un poco de todo. Pero ni hay que comer un poco de todo, ni a menudo ni cinco veces al día. El ayuno, que también me gusta llamarlo descanso digestivo, sobre todo cuando se hace por la noche, es muy reparador para las células y desintoxica muchísimo el cuerpo. Ya hay mucha evidencia de que ese descanso digestivo y cerrar la ventana de horas de comida nos hace muy bien; la gente lo nota con una desinflamación brutal. También la restricción calórica, porque estamos sobrealimentados. Hay que comer menos, lo de comer cinco veces al día ha quedado obsoleto.

–También el de que hay que comer cinco piezas de fruta y verdura al día.

–Lo hemos puesto todo en el mismo saco y no da igual. Es muy diferente. La fruta es muy rica en fructosa y en glucosa y eso es azúcar igualmente. A medida que nos hacemos mayores, si encima somos sedentarios, tendremos picos de insulina que nos van a predisponer a sufrir un montón de enfermedades vinculadas a esta alteración del metabolismo. Con lo cual, verdura, verdura y verdura y no cinco piezas de fruta y verdura.

Hay que comer menos, lo de comer cinco veces al día ha quedado obsoleto

–Apuesta también por la dieta low carb.

–Sin duda. Es lo más sostenible porque tenemos trabajos muy sedentarios, no estamos todo el día en movimiento ni haciendo deporte, por lo que, con la vida que tenemos hoy, no hay otra. De lo contrario vamos a tener estos picos glucémicos constantes.

–¿Es importante saber leer las etiquetas de los alimentos?

–No nos pertenece hacer de inspectores en el supermercado, el problema es que no hay otra porque la industria intenta bajar el precio de los productos y no está pensando en nuestra salud. Cada vez hay menos opciones en el supermercado, tenemos que ir al mercado, comprar fruta, verdura... Todo fresco: carne, pescado, huevos y poco más.

–En el libro ofrece una lista de cinco alimentos top. Alguno como el dukka...

–Es un capricho mío, un aderezo muy saludable de origen egipcio. Te puede cambiar el sabor del plato, que es lo que yo reivindico en el libro: yo no como aburrido y me encanta comer.

–También dedica espacio a las grasas.

–Se han demonizado las grasas, pero las grasas saludables son increíbles. Y eso lo tiene el aceite, una panceta ibérica, una buena sobrasada, un secreto ibérico, aguacate, aceitunas, frutos secos... Es indispensable en todas las comidas un aporte de grasa. Es otro mito que nos está afectando muchísimo porque no sabemos construir un plato saludable.

–¿Hay mucho desconocimiento porque nadie nos ha enseñado a comer bien?

–Puedo entender a la gente que esté saturada y muy confundida porque los que nos dedicamos a la alimentación saludable a menudo no nos ponemos de acuerdo. Cada uno se tiene que hacer su puzle, encontrar su fórmula.

Cada uno se tiene que hacer su puzle, encontrar su fórmula

–¿Cocinar es obligatorio?.

–Alguien en casa tiene que hacerlo. Eso no se puede delegar y menos si tienes hijos, es una responsabilidad familiar que alguien en casa cocine. De lo contrario estamos perdidos. Tenemos muchas oportunidades cada día de comer para enfermar o para sanar.

–En Celanova encontró seis veces más centenarios que en el resto de España. Cuénteme.

–Tiene todo lo bueno de estar aislado. La industria alimentaria de procesados y ultraprocesados allí no llega. Además, tiene esa motivación de cuidar el huerto cada día, lo que les da la fuerza para seguir viviendo, aparte del movimiento. He visto en Celanova gente de más de 80 años que andaba más de diez kilómetros cada día.

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