Andrea Muras, microbióloga: "Las bacterias molan mucho, pero mejor no tener que enfrentarse a ellas"

La científica y divulgadora de Pontevedra alerta de que, en menos de 30 años, las bacterias multirresistentes podrían convertirse en la primera causa de muerte en el mundo

Bacterias al microscopio electrónico

Bacterias al microscopio electrónico

Nieves Salinas

Caso real y reciente. Joven (20 años) que, tras una sencilla intervención en una clínica dental, acaba, muy grave, en la UCI de un gran hospital, con una potentísima infección causada por una bacteria. "Mala suerte", asegura la científica y divulgadora gallega Andrea Muras (Pontevedra, 1989) cuando se le cuenta. Pero puede suceder. "Al final las bacterias están en todas partes. Una superbacteria no necesita tan siquiera estar en un ámbito sanitario", añade. En su primer libro, 'La guerra contra las superbacterias. Una historia de ciencia, pero sin ficción' (Alienta Editorial), Muras, licenciada en Biología y doctora en Microbiología, lanza un mensaje: "Las bacterias molan mucho, pero mejor no tener que enfrentarse a ellas", dice a El Periódico de España, medio del mismo grupo editorial de FARO.

Con un máster en Biotecnología y otro en Cultura Científica -en redes sociales es conocida como @Ciencia_miuda- el trabajo de Muras ha estado centrado en el comportamiento de las bacterias para intentar evitar las infecciones y prevenir así la aparición de microbios multirresistentes. En su obra advierte, las bacterias multirresistentes, más conocidas popularmente como superbacterias, son una de las mayores amenazas a las que va a tener que enfrentarse el ser humano en el siglo XXI. Ya matan, de forma directa, a 1,2 millones de personas.

El mal uso de los antibióticos, junto a otros factores, ha propiciado la aparición de esas llamadas superbacterias. La resistencia de algunas especies resulta un peligro para nuestro actual estilo de vida y, en menos de treinta años, podrían convertirse en la primera causa de muerte en el mundo, por delante incluso del cáncer, indica Andrea Muras.

Bacterias sin fronteras

"Esto ocasionará unos costes económicos sanitarios de cien trillones de dólares estadounidenses (un trillón equivale a un millón de millones). Las superbacterias no entienden de fronteras, ni de clases socioeconómicas, por lo que cualquiera es susceptible de correr el riesgo de infectarse", señala la autora en el libro.

Se refiere, también, a un mundo cada vez más globalizado, donde cualquier superbacteria puede llegar a la otra punta del planeta en apenas veinticuatro horas. Además, reseña, el envejecimiento de la población "no hará otra cosa que contribuir a este grave problema, dado que las personas de mayor edad suelen presentar también una mayor susceptibilidad a las enfermedades infecciosas".

En su primera publicación -"una gran responsabilidad porque me da la oportunidad de llegar a un público amplio, al que de otra forma no podría llegar", dice la autora- ilustra sobre un mundo que conoce muy bien: cómo las superbacterias esquivan la acción de los medicamentos, por qué se multiplican y qué hace la comunidad científica para intentar frenar su avance.

Resistencia a los antibióticos

Expone que los datos de los últimos años en cuanto a la resistencia a los antibióticos y sus consecuencias, no ya futuros, sino actuales, son demoledores. Habla de una "amenaza tan real" que se estima que, en la actualidad, las superbacterias matan a más personas que los accidentes de tráfico, y se cree que en el año 2050 serán una de las principales causas de mortalidad. "Los datos son los que son. No se pueden falsificar. Hay que concienciar a la población de lo que está pasando y que tiene un papel activo para encontrar la solución. Nuestro papel, el de los científicos, es salir de nuestra zona de confort y que se sepa qué está pasando".

"Imagínate una vida en la que no te puedas operar. O te puedes operar, pero luego corres un riesgo muy importante de infección"

La Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y la Organización Mundial de la Sanidad Animal, recuerda, han declarado la resistencia a los antibióticos como una de las tres amenazas de salud prioritarias que requieren de cooperación global. Sin embargo, precisa, algunas de las grandes empresas farmacéuticas han cerrado su división de antibióticos por no considerarla lo suficientemente rentable.

Cada vez más numerosas

"Las superbacterias son cada vez más numerosas y cada vez es más normal encontrarlas como las responsables de las infecciones. Esto constituye uno de los principales problemas sanitarios a nivel mundial, con gran impacto especialmente en países de bajos recursos. En 2050 la actividad efectiva de los antibióticos usados hoy en día podría estar gravemente comprometida y con ello nuestra salud y nuestra forma de vida", alerta Muras en su obra.

Abunda sobre esa amenaza que pueden suponer sobre el sistema sanitario: "Imagínate una vida en la que no te puedas operar. O te puedes operar, pero luego corres un riesgo muy importante de infección. Imagínate una vida sin cesáreas, sin poderte quitar una muela de forma segura. Imagínate cómo cambiaría la vida", señala.

El papel de la sociedad

¿Qué podemos hacer como sociedad para ayudar a los científicos en su batalla?. Primero, afirma Muras, informarnos. "Nosotros debemos contar lo que está pasando y qué puede hacer la gente. Luego, cada persona, en función de su circunstancias vitales, podrá ayudar más o menos", apunta. Y explica a este diario: "la gente en general asocia las bacterias a la suciedad, la basura...Y para nada. De hecho, cuando llueve, esas gotas también van a arrastrar a diferentes microorganismos hacia el suelo. Cuando llueve, al final, también llueven bacterias. Están ahí", sentencia. Desde siempre, la humanidad las ha subestimado, indica.

Precisa: las que son patógenas y causan enfermedades únicamente constituyen una parte muy pequeña de todos los tipos de bacterias que existen. "La mayor parte de las bacterias son totalmente inocuas para nosotros, hay muchas de ellas que nos son realmente beneficiosas, como, por ejemplo, los lactobacilos que usamos como probióticos y muchas otras que nos son imprescindibles para poder vivir", añade.

El estilo de vida

Pero, insiste, la amenaza de las superbacterias, esas que burlan a los antibióticos, es muy real. Tanto es así que todo influye. Por supuesto, nuestro estilo de vida, también. "Una persona que vive en la ciudad, no va a tener las mismas bacterias que quien vive en el campo, que va a estar más colonizada por bacterias más propias de los ambientes naturales, más favorables", señala.

"Es muy peligroso dejar de poner las vacunas a los niños"

Otro aspecto que resalta en su libro es la importancia de la vacunación. "Hoy en día no sé por qué la gente está empezando a dejar de vacunarse. No lo ve importante. Y es muy peligroso dejar de poner las vacunas a los niños", sentencia a este diario. "Puede parecerte algo muy obvio o, por el contrario, pensar que es una gran chorrada, pero la verdad es que tener las vacunas al día reduce la probabilidad de aparición de superbacterias", asegura en el libro.

Una lucha sin cuartel

La lucha, insiste Andrea Muras, es sin cuartel. Tiene que darse a varios niveles, apunta en su texto: el uso indiscriminado de antibióticos en diferentes sectores y para distintos fines, los fallos en los diagnósticos y las equivocaciones a la hora de prescribir los tratamientos, la automedicación, el abuso en el consumo o mantener una pobre higiene "son sólo algunas de las causas de que las personas hayamos hecho que esto de las superbacterias se nos haya ido de las manos".

En cuanto a la comunidad científica, señala a este periódico, "está muy comprometida. Hay una gran cantidad de grupos en todo el mundo que se dedican a luchar contra las superbacterias, desde aproximaciones diferentes, porque los antibióticos cuando funcionan, lo hacen muy bien y es difícil encontrar algo que vaya a funcionar así de bien. O buscamos antibióticos nuevos o le damos una mayor vida a los que existen, o buscamos alternativas que puede ser que no funcionen tan bien".

Lo que Andrea Muras estudia es "el comportamiento de las bacterias, cómo se adaptan al sitio donde viven, cómo te atacan, dónde están y por qué hacen esto o lo otro, qué pasa si las atonto...eso sería una aproximación", apunta. ¿Qué línea de trabajo es la más avanzada actualmente?. "Cada grupo dirá la suya, pero lo importante es buscar una solución y, en la medida de lo posible, evitar que aparezcan otro tipo de resistencias", finaliza.