TESTIMONIO

"Yo no he elegido ser trans, esto no se elige, nadie quiere sufrir"

La primera mujer transexual que solicita el cambio de sexo en el Registro Civil de Córdoba con la nueva ley afirma que la autodeterminación de género es un camino difícil y pide respeto

Natalia acudió el lunes a solicitar el cambio de sexo en el Registro Civil.

Natalia acudió el lunes a solicitar el cambio de sexo en el Registro Civil. / MANUEL MURILLO

Araceli R. Arjona

"Yo no he elegido ser transexual, esto no es algo que se elige, nadie quiere sufrir, me habría gustado no tener que pasar por este proceso, pero soy una mujer y este es el camino para sentirme bien, solo pido respeto". Son las palabras de Natalia, la primera mujer trans que ha solicitado el cambio de sexo en el Registro Civil de Córdoba desde que entró en vigor la nueva ley. Su testimonio responde a aquellas personas que cuestionan el derecho a la autodeterminación de género. 

En el Registro, se enteró de que varios hombres habían acudido para pedir el cambio de sexo en los papeles con la intención de recibir las subvenciones que dan a las mujeres, eso dijeron. Según Natalia, "es incomprensible que alguien piense que pasar por esto es algo agradable o un juego y mucho más que hay algún tipo de recompensa o subvención, eso es una gran mentira, yo me gano la vida trabajando como cualquier persona". Indignada, cree que la tramitación de la ley ha visibilizado la realidad trans "pero hay mucha ignorancia y gente que frivoliza con nuestra vida sin saber por lo que pasamos para ser lo que somos, una mujer en mi caso", lamenta.

"Cuando fui a la primera comparecencia en el Registro, estaba muy nerviosa, era un paso muy importante para mí y no sabía lo que me iba a encontrar", explica, "iba con Rafi, la madre de una persona trans de la asociación TT Córdoba y ella me ayudó a tranquilizarme". Había pedido cita en diciembre y cuando llegó, las funcionarias encargadas de la tramitación tomaron su documentación en un despacho, donde le leyeron los efectos jurídicos de su solicitud. "Me trataron muy bien, estoy impaciente por empezar la hormonación y tener mis papeles en regla", explica. Trasplantada de riñón, tardó en dar el paso para hormonarse por miedo. "Los médicos me han dicho que si se hace de forma controlada, no hay problema y eso ha sido una liberación para mí", explica.

Natalia tiene 22 años, nació en Guatemala, pero lleva diez años en España y tiene doble nacionalidad. Como chico, siempre fue muy afeminado, le gustaba llevar vestidos y usar tacones, pero no sabía lo que le pasaba. Durante años, pensó que era gay y así lo comunicó a su familia, pero con el tiempo se dio cuenta de la disforia que sentía hacia sus órganos genitales y que la forma en que se percibía no concordaba con el sexo que se le había asignado y contactó con la asociación TT Córdoba. Hace un año, decidió dar el paso. "La ley te deja tres meses para que pienses si quieres confirmar tu decisión, pero no necesito ni un día, tengo muy claro que no me voy a arrepentir", asegura.

Trabaja cuidando a personas dependientes y se ha enfrentado a situaciones complicadas. "Hay mujeres que no quieren que les atienda porque me ven como un hombre y hombres que, por prejuicios, me ven afeminado y piden a otra persona", explica. Ahora sueña con que su nombre y su apariencia física pronto se den la mano.

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