Enrique Otero | Director gallego de la película “Honeymoon” que se estrena en Málaga

“En los 80 ver los dibujos animados cada sábado era una religión”

“El cine es dejar aire para que el espectador piense”, opina el realizador

Gutiérrez, Otero, Poza y 
Silvia Xirui Zhou. 
  | // HONEYMOON

Gutiérrez, Otero, Poza y Silvia Xirui Zhou. | // HONEYMOON / m.mato

m.mato

El director gallego Enrique Otero llevaba doce años atrás al Festival de Málaga la película “Crebinsky” donde resultaba premiada. Ahora retorna para presentar su largometraje “Honeymoon”. Javier Gutiérrez y Natalie Poza dan vida a una pareja rota que está a punto de recibir el golpe más duro de su vida: el fallecimiento de su hijo en Estados Unidos. Sin dinero, sin amor, ¿sin esperanza? deberán retar al destino y a su propio yo para traer a casa el cadáver. Entre medias, se cruzarán con una niña asiática, un vendedor de series de dibujos animados de los 80 y unos secretos familiares. El grueso del rodaje fue en Galicia si bien los exteriores de esta road movie de escapada en coche muestra las carreteras y paisajes de Zamora.

–El personaje de María Vázquez, policía, señala en el filme: “La gente piensa que puede empezar desde cero pero es gilipollas”. ¿Qué piensa usted?

–Es que el cine es eso, dejar aire para que el espectador piense. Esa frase está tan guay que la metimos en el cartel de promo y así arranca el trailer de promoción. Respecto a lo que pienso yo, eso da igual. No creo que haya segundas oportunidades pero quién sabe. Me gusta pensar que en la ficción puedo hacer que sí; si no vale para eso lo que hacemos entonces apaga y vámonos.

–“Honeymoon” no tiene que ver con “Crebinsky”.

–No me gusta hacer dos películas iguales. “Crebinsky” surgió de una amistad entre Miguel de Lira y yo. En 2010 ganamos en el Festival de Málaga dos premios con ella, incluido el de mejor guion.

–¿Cómo surgió “Honeymoon”?

–El gancho fueron unos vendedores puerta a puerta. A partir de ahí surgieron ideas. Para mí, es una historia de amor complicada cuando un matrimonio está casi deshecho. Solo un golpe tremendo puede llevarlos a reencontrarse, a volver a descubrirse. En la vida no suele darse esta circunstancia pero para eso está la ficción.

–Está muy presente el amor por los hijos, por los que se puede llegar a hacer de todo, incluso malo.

–Es el eterno tema de si el fin justifica los medios. Ellos se lanzan a una aventura que parece irreversible por tener un hijo que no está cerca, que no está vivo. También se trata de si vale cualquier cosa con tal de cumplir unos fines buenos aunque los medios no.

–Las actuaciones son totales.

–Hay un elenco espectacular. La pareja protagonista lleva el peso pero los secundarios le dan vida al filme. Son como un universo berlanguiano de una sociedad enferma interpretada por María Vázquez que está espectacular, como Morris, Berta Ojea, Marta Lado, Fernando Albizu, Pablo Derqui.

–En la película se habla de series míticas de dibujos animados de los 80.

–El padre quiere comprar una colección de series de cuando él era niño, se las quiere comprar a su hijo. En los 80 nos sentábamos con el bocata de mantequilla o nocilla para verlas. Era una religión entonces, cada sábado después de comer. Veías “Érase una vez el hombre…”, “El inspector Gadget”… No había móviles ni internet.

–El filme excava en la familia.

–Es una reflexión de la vida misma. Es una sociedad que busca y busca y no encuentra pasando por encima de muchas cosas. Hay líos entre familiares en una ciudad no muy grande donde todos usan a todos para sus fines económicos o personales. Es una sociedad al límite que no encuentra satisfacción.