Alrededor de 1,5 millones de catalanes son fumadores: el 24% de la población total. Es el mismo porcentaje que hay en el conjunto de España, donde unos 9,5 millones de ciudadanos fuman. España es, de hecho, uno de los países más fumadores de Europa, según el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT). Cataluña está planteando ahora una nueva ofensiva para reducir el consumo del tabaco, que es responsable del 30% de las muertes por cáncer, además de estar asociado con un mayor riesgo para desarrollar diferentes tipos de esta enfermedad.

La Conselleria de Salut de Cataluña está preparando una nueva ley de adicciones que sustituirá a la actual ley autonómica de prevención y asistencia en materia de sustancias que pueden generar dependencia, la cual data de 1985. Salut prevé aprobar esta norma (que aún se debe pactar) dentro de un año y, mientras tanto, seguir aplicando la ley estatal del 2010. Las comunidades autónomas tienen la obligación de cumplir la normativa, pero también la capacidad de ir más allá de la misma si quieren, aseguran fuentes del Ministerio de Sanidad.

Como explica Joan Guix, secretario de Salut Pública de la conselleria, la futura ley incluirá “elementos nuevos” (como las adicciones a las pantallas, a las apuestas o a las nuevas tecnologías). Y, en el ámbito del tabaco, prevé “seguir la misma línea” de la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¿Qué quiere decir esto? “Continuar disminuyendo la prevalencia del tabaco, retrasar la iniciación en los jóvenes y, sobre todo, jugar fuerte con los fumadores pasivos”, explica Guix. Según él, la actual normativa prohíbe fumar en hospitales y colegios, pero no así fuera de los mismos. “Habría que establecer un perímetro de prohibición de unos cinco metros”, añade.

En palabras del secretario de Salut Pública, “no se puede obligar a tragar humo a quien no quiere” y, por eso, hay que “reconquistar” esos espacios en los que a día de hoy se puede fumar: paradas de autobús, instalaciones deportivas o terrazas. Limitar el humo en estos espacios es competencia de la Generalitat. Aun así, Guix aboga por “valorar” el verdadero impacto de cada una de estas medidas y buscar el “máximo consenso posible”. Actualmente, solo está prohibido fumar en las terrazas retranqueadas con paramentos y techos, si bien con mucha frecuencia esta prohibición no es respetada.