“El amor es el principio pedagógico principal y no entiende de relojes, sino de ánimo, de aceptación y otras palabras que empiezan por A y precisan de un tiempo que no podemos arrebatar a nuestros alumnos”. Esta fue una de las conclusiones del docente y master en Diseño Tecnopedagógico, Manu Velasco, tras algo más de una hora de intervención en el VI Foro de Educación, en la que predicó con el ejemplo y logró mantener la total atención del público. “Educar al estilo correcaminos es como alimentar los alumnos con bollería industrial”, ilustró. Por contra, “guisar” la educación “a fuego lento” es una de las premisas y el denominador común de la buena enseñanza para el autor de libros como “Soñando personas”. Velasco participó en la última jornada de esta cita educativa, que reunió a 670 participantes inscritos en dos jornadas –más unos doscientos vía streaming– y que contó con otros destacados ponentes como Antonio Rial Boubeta y Alexandre García, María Couso, Claudia Bruna o Coral Elizondo. “Querer adelantar la hora de los éxitos es uno de los problemas de nuestro sistema educativo”, aseveró Manu Velasco para analizar de forma crítica la escuela actual. “Si damos más importancia a lo nuevo por ser nuevo, que a lo bueno, eso es funcionalismo, pero no innovación”, defendió. Precisamente, la conferencia de Velasco se titulaba “Educar con las otras TIC (Ternura, Interés y Cariño)” y, en esa línea, el profesional defendió que “las mejores pautas para educar se encuentran en los ojos de nuestros alumnos y, para ello, debemos empezar practicando la mayor innovación atemporal que existe: quererles”. En los ojos de alumnos Manu Velasco llama a leer cuestiones que no expresan sus labios, como el ciberbullying, el maltrato o, quizás, que se ha muerto su mascota. “Cuanto menos habla un niño, más hay que aprender a escucharlo y tocarlo con esas otras TIC. Hagamos turismo de interior y visitemos sus corazones”, motivó el profesor. En un aplaudido, extenso y emotivo alegato final a favor de la necesidad de restar prisas y contenidos de las aulas, el experto aseguró: “Necesitamos tiempo para poder estar despiertos cuando llegue la hora de los sueños”. Con esta metáfora, que solo una de las muchas de las nutrió su intervención, puso el acento sobre otra realidad: “Prima la cantidad, las programaciones sobrecargadas que nos llevan a vivir trimestres acelerados. Es evidente que no hay mejor forma de estar en ningún sitio que querer estar en todos. Si aceleramos, el precio a pagar es altísimo. Creo que sería más interesante hacer menos y tratar de sacar provecho a cada experiencia y actividad”, alegó. El comentario le canjeó un gran aplauso de los asistentes. También defendió la CEM (confianza en mí) como fórmula de aumentar “la lucidez y el pensamiento creativo”. “Tenemos que convertirnos en tejedores y aumentar su autonomía”, añadió. Tras analizar la problemática, el experto aludió a posibles soluciones: “Necesitamos estamos preparados para surfear, porque en Educación hay una gran certeza: siempre van a allegar olas”. Así, a lo largo de su intervención, Velasco fue postulando (y planteando cómo atajar) cinco “olas” que llegan a los convulsos mares de la Educación. Pero también hubo espacio para la autocrítica: “Los hemos mandado al mar de internet en una barca pinchada sin remos. Y en ese mar hay peces preciosos pero también ciberbulliyng, sexting… y no les hemos advertido mil veces de aquello de ‘no cojas caramelos de extraños’”. Descubrir, en este camino, la importancia que tienen las otras TIC (ternura, interés y cariño) en la educación fue otro de los ejes de su ponencia. Las herramientas: aprendizajes significativos, ensanchar la mente, respetar los ritmos de aprendizaje e inteligencias de cada estudiante. Tiempo para educar, en suma, en el contexto de un mundo que –aseguró– ”deseduca”, y en el que la escuela no se puede permitir no hacerlo.