El estudio más grande realizado hasta la fecha sobre la viruela del mono en España apunta a que, contrariamente a lo que se creía hasta ahora, la infección se propaga más fácilmente por el contacto piel con piel que por vía respiratoria. Esto, según apunta esta investigación, se debe a que las concentraciones más altas de carga viral se hallan en las lesiones cutáneas producidas por el virus (y en menor medida en la zona de la faringe, que hasta ahora se consideraba como impulsora de los contagios por el aire). A la luz de estas nuevas pruebas, los expertos piden estudiar cuáles son las medidas más efectivas para limitar los contagios de monkeypox.

La investigación, publicada en la revista científica The Lancet, analiza 181 casos diagnosticados en los hospitales 12 de Octubre (Madrid), Germans Trias (Badalona) y Vall d’Hebron (Barcelona). El análisis de estos casos muestra que todos los afectados por esta enfermedad desarrollan lesiones en la piel. En el 78% de los casos se observan lesiones genitales y en el 43% de los infectados presentan heridas en la zona oral. Según apunta el estudio, las lesiones en estas dos zonas concentran las mayores cargas virales detectadas en los pacientes. Y esto, a su vez, “refuerza la evidencia sobre que el contacto piel con piel durante las relaciones sexuales es el factor dominante en la transmisión de viruela del mono”.

“Hemos observado que el contagio se produce principalmente por el contacto entre las lesiones cutáneas de una persona portadora del virus con la piel o la mucosa de otra persona”, explica la doctora Andrea Alemany, investigadora del Hospital Germans Trias-Fundació de Lluita contra les Infeccions. “No podemos hablar directamente de enfermedad de transmisión sexual porque no tenemos constancia de contagio a través del semen o de los fluidos vaginales”, añade una de las científicas responsables de este nuevo estudio.

Contacto sexual

Esta misma hipótesis también queda respaldada por un reciente estudio de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). En ese caso, los dermatólogos españoles también confirmaban que la ruta de transmisión principal de esta enfermedad es el contacto durante las relaciones sexuales. En este sentido, además, los expertos apuntaban a que la enfermedad puede producir tanto pústulas (llagas pequeñas, inflamadas y generalmente llenas de pus) como pápulas (pequeños quistes sólidos): síntomas muy característicos que podían facilitar el diagnóstico de los afectados.

El estudio también apunta a una serie de síntomas y “características atípicas” que presentan los afectados por este virus. Entre las complicaciones más frecuentes, y hasta ahora menos reportadas, destacan la inflamación del recto (proctitis), úlceras en la amígdala, hinchazón de los tejidos blandos de los genitales (edema de pene) y, en un pequeño porcentaje de los casos, abscesos. Uno de los cuadros clínicos diferenciales que destaca este estudio es un síndrome clínico que conlleva inflamación del recto en individuos receptores de sexo anal. En estos casos, además se observa que los pacientes empiezan a desarrollar síntomas de malestar y fiebre mucho antes de mostrar lesiones (aunque, según matizan los expertos, cabe la posibilidad de que los pacientes desarrollen heridas internas que hasta ahora han pasado desapercibidas).

Este tipo de dolencias poco comunes en otras enfermedades, argumentan los expertos, podría utilizarse como una herramienta para diagnosticar posibles infecciones en áreas con altos índices de transmisión. “En ciudades con alto riesgo de transmisión, estos síntomas pueden ayudar a identificar posibles infecciones”, explica Alemany. “Si un paciente que ha tenido un contacto estrecho con un positivo se presenta en consulta con malestar general y lesiones compatibles con la proctitis (como dolores, secreciones y sangrado anal) estos síntomas podrían ser un indicador para realizar una prueba diagnóstica”, señala la científica.

Según el estudio, el 40% de los afectados por esta enfermedad han requerido tratamiento médico. Sobre todo para reducir el dolor y las molestias asociados a estos síntomas. Las complicaciones de esta enfermedad son, por ahora, poco frecuentes. En España, según datos de Sanidad, el 2,8% de los casos detectados (139) han sido hospitalizados y dos han fallecido.

España supera los 5.000 casos

España ya ha notificado 5.162 casos confirmados de viruela del mono, 585 más que la pasada semana, según los datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), publicados ayer por el Ministerio de Sanidad. Los casos proceden de 17 comunidades autónomas: Madrid 1.817, Cataluña 1.636, Andalucía 632, Comunidad Valenciana 311, País Vasco 153, Canarias 126, Baleares 134, Aragón 50, Galicia 78, Asturias 49, Castilla y León 48, Castilla-La Mancha 40, Murcia 31, Extremadura 21, Cantabria 19, Navarra 13, y la Rioja 4. Nuevamente, el informe no incluye la información sobre muertes ni sobre las características de los casos que se incluirá en la actualización del viernes. Sanidad ha publicado una actualización sobre el informe ‘Casos autóctonos de Viruela del Mono en España. Evaluación rápida de riesgo’ donde manifiesta que, “tras más de dos meses de circulación del virus en países no endémicos, los casos en España, al igual que en el resto de países no endémicos, continúan siendo identificados fundamentalmente en el contexto de las relaciones sexuales o en otras situaciones de contacto físico continuado y prolongado de índole no sexual”.