Podría decirse que la pandemia y la frustración por no haber podido llevar a término el libro en el que trabajaba por un desacuerdo legal tienen mucho que ver con que el escritor chileno-argentino Cristian Alarcón ganase el Premio Alfaguara de Novela 2022, ya que fueron el motor de la obra ganadora, “El tercer paraíso”, su primera obra de ficción y que ayer presentó en el Club FARO dentro de su gira por España. “Si no fuese por la pandemia yo no habría escrito nunca una novela de ficción. Yo estaba muy dolido porque no podía terminar mi libro, pero cuando estalló todo esto, todos los problemas se relativizaron y de repente lo que tanto me angustiaba ya no era un problema, porque mi preocupación era no enfermar y proteger a mi familia”, reconoció durante la conversación que mantuvo con Óscar González, periodista de Radio Nacional de España.

El jurado del premio dijo de “El tercer paraíso” (Alfaguara) que es una novela que abre una puerta a la esperanza de hallar en lo pequeño el refugio a las tragedias colectivas, una definición que le sorprendió. “Es una historia muy dura”, aseguró.

En ella, un escritor cultiva su jardín en las afueras de Buenos Aires mientras reconstruye la historia de sus antepasados a través de los recuerdos de su infancia en un pueblo del sur de Chile, de las historias de sus abuela y de su madre, y el exilio a Argentina y cómo en ese destierro, sus antepasadas siembran la huerta, los jardines y la solidaridad.

“¿Cuánto hay de real en la historia? –se preguntó Alarcón– La memoria, cuando se transmite, es traidora y aun cuando contamos lo que creemos que es absolutamente cierto estás mintiendo. Por eso, no creo que nada de lo que cuenta la novela sea absolutamente real”.

Alarcón decidió no recurrir a la fuente, su madre, para reconstruir la historia de las mujeres de su familia, sino que apeló a su propia memoria, a los relatos tantas veces escuchados en casa. “Me entregué a la creación, sin entrevistar a nadie. Todos nos hemos ganado el derecho a crear. La pandemia nos habilita a muchas cosas, entre otras, a volvernos creadores”, comentó.

“El tercer paraíso” es una novela sin género, híbrida y poética, un viaje literario, botánico y feminista que plantea innumerables preguntas al lector. “La masculinidad entendida desde el patriarcado nunca deja de ser violenta, porque lo macho implica que gana el más fuerte. Así no hay posibilidad de consenso ni de solidaridad. Así hay competencia, conquista: debe ganar el mejor y desde esta creencia se justifica cualquier cosa”, afirmó el periodista y escritor, que se calificó a sí mismo como un “cronista”.

Alarcón, que como periodista ha cubierto todo tipo de informaciones, excepto deportes, matizó, reconoció que es un espíritu inquieto. “Me canso enseguida de hacer las mismas cosas”, aseguró. De ahí, su necesidad de explorar nuevas vías. De esta inquietud nace el “periodismo performático” que impulsa su revista, “Anfibia”, en el que se dan la mano el proceso creativo y el periodístico. “El periodismo performático no busca informar, sino emocionar”, afirmó Alarcón, para quien el futuro del periodismo está, precisamente, en ser capaz de ser creativo.

Profesor de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de la Plata y director del máster de Periodismo Narrativo de la Escuela de Humanidades, también se refirió a la situación del oficio en América Latina. “Cuando yo empecé se podía vivir del periodismo; ahora hay que tener tres o cuatro empleos”, dijo. La causa, en su opinión, no es solo económica, sino del modelo de empresa. “Ya no son empresas de información, sino tecnológicas o de datos. Los que están salvando el periodismo son los medios regionales, no los grandes, y también serán los que sobrevivirán”, afirmó.

Salvador Allende también sale en la novela, como la imagen del “padre o abuelo bueno” en contraposición al malo. “Allende fue la víctima de la lucha de Estados Unidos contra América Latina. Pero no está en la novela como víctima, sino porque fue la alegría de un pueblo que, por primera vez, tocó el cielo con las manos. Fue el padre bueno”, manifestó el autor de “El tercer paraíso”.

“Debo hacer conciencia de mis privilegios”

Desde comienzos de los 90, Cristian Alarcón se dedicó al periodismo de investigación y a la escritura de crónicas en los diarios “Clarín”, “Página 12”, “Crítica de la Argentina” y en las revistas “TXT”, “Rolling Stone” y “Gatopardo”. En sus libros “Cuando me muera quiero que me toquen cumbia” y “Si me querés, quereme transa”, cruza la literatura con la etnografía urbana convirtiendo relatos urgentes en novelas de no ficción. En el año 2012 fundó la revista “Anfibia” y el sitio Cosecha Roja. Desde entonces ha liderado un proceso de mutación permanente de la crónica latinoamericana. Allí ha experimentado con los límites de la narrativa de no ficción hasta llevarla a una última experiencia de performance periodística en el Laboratorio de Periodismo Performático de Revista Anfibia. Alarcón se consideró un privilegiado, por lo que aseguró que el personaje de “El tercer paraíso” que está inspirado en él no pretende quejarse de su pasado. “Yo debo hacer conciencia de mis privilegios. No es una lamentación, una queja por el pasado; más bien una invitación a aventurarnos en la posibilidad de un presente donde depongamos las armas”, explicó. Alarcón aseguró que el mundo “está hecho de desigualdades” y advirtió sobre los prejuicios, que llevan a la homofobia, por ejemplo, contra la que muchos homosexuales tienen que luchar. “Yo soy afortunado porque vivo en Argentina, pero en Honduras, por ejemplo, te matan, ya no solo por ser gay, sino por ser negro, indígena... Por ser diferente”, señaló.