“Si la escultura de Richard Serra no hubiese desaparecido del Reina Sofía habría sido una obra efímera, como lo son muchas de sus piezas, que se destruyen cuando acaba la exposición para la han sido diseñadas”. Así lo aseguró ayer el escritor Juan Tallón (Vilardevós, Ourense, 1975), en referencia a “Equal-Parallel/Guernica-Bengasi” (1986), la escultura del artista estadounidense desaparecida de uno de los almacenes del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, hecho que se descubrió en 2006 a raíz de una recatalogación de sus fondos.

El escritor, colaborador de FARO DE VIGO, desentraña este suceso tan inverosímil como rocambolesco en su nueva novela, “Obra maestra” (Anagrama), que aborda desde todos los puntos de vista posibles la desaparición de esta escultura, considerada una obra maestra del minimalismo, un misterio que tiene en las dimensiones de la propia obra el mayor de sus interrogantes, ya que se trata de un descomunal grupo escultórico de 38 toneladas de acero, formado por cuatro bloques de acero independientes de grandes dimensiones. Tallón resumió en el Club FARO la historia de esta desaparición, que es la siguiente: el Reina Sofía encargó para su inauguración una obra a Serra para su inauguración, que un año después, el Ministerio de Cultura compraría al artista por unos 37 millones de pesetas (222.374 euros). Finalizada la muestra, el museo decide guardarla, y en 1990, por falta de espacio, la confía a una empresa de almacenaje de arte, que la traslada a su nave en Arganda del Rey. Cuando quince años después, quiere recuperarla, resulta que la escultura se ha volatilizado. Nadie sabe cómo ha desaparecido, ni en qué momento, ni a manos de quién. Para entonces la empresa que la custodiaba ya ni siquiera existe.

La desaparición se ocultó durante unos meses, aunque finalmente llegó a la prensa. Entonces, el museo tuvo que comunicárselo al escultor antes de que apareciera en los medios. “Tuvo una reacción muy elegante. Fue el único que salió en defensa del museo y no le culpó de la desaparición de su obra”, dijo.

En la conversación que mantuvo con la periodista Guada Guerra, Tallón explicó que se obsesionó con este caso en 2009, después de ver en el Reina Sofía la réplica que el museo encargó a Serra para reemplazar la extraviada, y que solo aplazaba para poder escribir otras novelas. “Sabía que quería contar la historia, pero tenía un bloqueo narrativo; no sabía cómo contarla. Solo sabía que en tercera persona era imposible”, explicó. Hasta que, por fin, dio con la fórmula: una novela coral, 73 voces que en un “aparente desorden” cronológico van arrojando luz sobre lo que pudo suceder a través de su testimonio en primera persona.

La Policía siguió diversas líneas de investigación, aunque hoy por hoy sigue siendo un misterio. “Aunque yo pueda tener una teoría más o menos realista de lo que pudo pasar con ella tengo a la vez la teoría poética, que es que está viva porque si no puedes demostrar fehacientemente que fue destruida lo que hay que pensar es que está viva. Y lo que quiero es que siga viva y desaparecida. Nadie debería querer que aparezca porque si lo hace se habrá acabado el misterio”, dijo.

La búsqueda de la fórmula narrativa no fue la única razón por la que “Obra maestra” tardó más de diez años en ver la luz. El camino hasta conseguir el expediente de la causa judicial no fue fácil. Tuvo que armarse de mucha paciencia.

Esta novela le han supuesto muchos retos. Uno de ellos fue cómo mantener el interés del lector en una historia que comienza ya con un hecho que tiene tanto misterio ya de partida. “Temí que me pasara como a Hitchcock con ‘El naufragio de Mary Deare’, una película sobre un navío que descubren en medio del Atlántico: no hay un alma, la mesa está aún puesta, pero los motores están calientes aún. No llegó a rodarla porque empezaba demasiado arriba y solo se podía esperar que bajase”, relató el escritor, que reconoció que aunque Serra tiene otras obras más monumentales, con esta tiene “una relación de amor”.

Setenta y tres voces y una historia inverosímil

No hay duda de que muchas veces la realidad supera la ficción y esto queda más que evidenciado en la historia que rescata Juan Tallón en su última novela, “Obra maestra?, porque ¿cómo puede desaparecer de los almacenes de un museo internacional de primer nivel como el Reina Sofía una escultura de 38 toneladas? Y aún así, sucedió. La desaparición del “Equal-Parallel/Guernica-Bengasi” se descubrió en 2006 y Tallón lleva investigando este insólito suceso desde principios de la pasada década. ¿Un golpe maestro? ¿Un truco de magia al estilo de “Ahora me ves”? ¿Una genial operación de marketing? ¿Un simple robo? Sin duda, parece cosas de meigas. La misma desaparición queda elevada también a categoría de obra maestra. La obra de desarrolla a través de 73 testimonios, de directores del museo, policías, periodistas, coleccionistas, el propio escritor, personajes ficticios y reales, cada uno de los cuales aporta al lector un dato, una información o un relato de la escultura que ninguno de los otros cuenta. Tallón construye una historia que mezcla ficción y realidad, fruto de una larga investigación que no ha abandonado en todos estos años. “La parte inventada y la parte de ficción están mezcladas de una forma parecida a la de la plastilina de los niños, que luego no se puede separar, y ese es el objetivo, que al final todo sea auténtico y real”, afirmó Tallón. El resultado es esta “Obra maestra”, una obra que puede considerarse una novela, una crónica o un reportaje. “La novela es todo. Incluso la suma de estos géneros”, dijo.