El Gobierno de Suecia, uno de los países más laxos en materia de medidas contra la pandemia, aprobó ayer una batería de nuevas restricciones sanitarias que entrarán en vigor mañana y que contemplan, por ejemplo, la obligatoriedad de presentar el pasaporte COVID en grandes eventos y la vuelta al teletrabajo cuando sea posible. En hostelería, sólo se permitirá el servicio en mesa, lo que en la práctica anula las grandes celebraciones durante las inminentes fiestas, y se reduce el aforo en tiendas, centros comerciales y establecimientos de ocio. La primera ministra, Magdalena Andersson, admitió que mucha gente puede estar “cansada” de este tipo de medidas, especialmente después de que la situación pareciese volver a la normalidad durante un tiempo.