Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La escultura gallega del siglo XXI se pone en relieve

El arte gallego, en continua transformación y expansión, intenta aguantar como un centenario roble agarrado a sus raíces en un momento en el que los géneros artísticos hace tiempo que están desdibujados. ¿No les ha ocurrido a la hora de explicar una exposición tener dificultades para describir si solo se trataba de pintura o escultura o era una instalación o una amalgama o algo diferente?

Es un síntoma de que este siglo XXI se transforma en la fusión de disciplinas y la escultura gallega es una prueba. Escultura en joyería, escultura en cerámica, escultura en papel, escultura con marco, en piedra, en digital, en cartas... Solo hay que abrir la mente.

Galicia presume de pesos pesados en escultura contemporánea que cruzan fronteras como Francisco Leiro, Manolo Paz o Jorge Castillo, pero hay otros nombres que luchan por una escultura gallega con un lenguaje diferente.

Rodríguez-Méndez, con su plato de espinas. R. M.

“Siempre se interpreta la escultura desde el punto de vista más tradicional”, señala el artista Rodríguez-Méndez, pero “va más allá de la escultura institucional, de la escultura de rotonda. La gente se olvida de su profunda poética”, añade.

Rodríguez-Méndez es escultor y está colaborando con la poeta Chus Pato desde comienzos de año en una serie de correspondencias alrededor del concepto de la muerte. La han bautizado como “La puerta natural”.

No es la primera vez que el autor entrelaza las manos de la correspondencia con la escultura. Durante diez años, desde 2007 a 2017, logró que su madre le enviase cada mes un pantalón y una camisa confeccionados por ella con las dimensiones del padre del artista. Solo paró cuando la artrosis de las manos no le permitió seguir más.

Rodríguez-Méndez recibió los paquetes puntualmente en su dirección en la capital española. No abrió ninguno ni entonces ni ahora, pero al fallecimiento de su progenitora mostró la escultura en exposición.

Con Chus Pato, el trabajo es diferente. “Lo que hago es recopilar en un cuaderno de trabajo cien obras inéditas que le envío por correo a Chus. Ella va recibiendo los cuadernos y selecciona las obras que hablan de la muerte. Me tranquiliza que esa decisión sobre las obras no dependa de mí sino de alguien instalada en el lenguaje poético. Ella realiza anotaciones y me lo vuelve a enviar por correo. Después, le vuelvo a enviar otro cuaderno con otras cien obras. Ahora, vamos a dejarlo temporalmente. Estoy pendiente de enviarle el último, que va del 801 al 900”, explica el artista que mostrará el trabajo en clave performativa en el Festival de Artes Performativas Plataforma 2022, con el apoyo de Iñaki Martínez AnteloDavid Barro y Mónica Maneiro; porque la escultura es performance y viceversa.

“Galicia es un territorio sólido y propio para la escultura pero parece no haberse comprendido con la profundidad que traía"

decoration

Para Rodríguez-Méndez, “la escultura, como lenguaje del teatro, es una superficie sin parte de atrás, en la que solo se puede entrar”.

Nuestra pupila aún se dilata al recordar sus enormes esculturas de turba en el CGAC –30 metros de canalizaciones cruzando salas, queriendo atravesarlas– o en el MARCO; o el aceite vegetal expandido en la superficie vertical de la Fundación Botín.

Para este artista –que prepara proyectos para el SMAK de Gante (Bélgica) y otro de investigación en varios países del Norte de Europa– “Galicia es un territorio sólido y propio para la escultura pero parece no haberse comprendido con la profundidad que traía. Ahora hay corrientes que la actualizan con valor, como NEG, y proyectos que regresan a ese origen para desde ahí producir y reflexionar”.

“Proposición. Permear II”, Rodríguez-Méndez

“Proposición. Permear II”, Rodríguez-Méndez Rodríguez-Méndez

En la obra “Proposición. Permear II”, Rodríguez-Méndez ofrece en una serie de 147 fotografías captadas en Lalín y de las que también ha presentado vídeo de la performance. En ellas, se muestra a un geómetra en el suelo desde donde introduce cada semilla en la boca para morderlas y dañarlas levemente. Después, las escupe. “Las semillas en el suelo amplifican el volumen del cuerpo y a la vez anulan progresivamente el espacio donde se encuentran las dimensiones del geómetra”, señala el artista en la explicación de la obra. La idea es ahora mostrar este trabajo, comisariado por Ángel Calvo, en el SMAK de Gante, Bélgica.

NEG es el acrónimo de Nova Escultura Galega, que no se encuentra en el mismo paralelo ni meridiano que el movimiento generacional del cine.

Sus artífices son los artistas Misha Bies Gola y Jorge Varela, a los que se han unido Alejandra Pombo Su y Diego Vites. En julio, homenajearon a Laxeiro en su Fundación en Vigo y ahora muestran su trabajo en el Centro Internacional de las Artes José de Guimarães en una exposición colectiva denominada “Complexo Colosso” donde también colabora la gallega Carme Nogueira.

El comisario, Ángel Calvo Ulloa, señala sobre la Nova Escultura Galega que “básicamente operan no de una manera regulada desde el campo del arte, cada uno desde su lugar pero también con el arte popular y diferentes visiones del arte para que todo pueda convivir”.

Misha, delante de la escultura de Asorey en Lalín en homenaje a Loriga. BERNABÉ/JAVIER

El lalinense Misha Bies Gola, uno de sus integrantes, explica que NEG “surgió a raíz de un intercambio de materiales” entre él y Jorge Varela, “en relación con la escultura y posibles ideas sobre esta”. Ahí, se dieron cuenta de la importancia de la imagen para ilustrar estas conversaciones naciendo “los papeles de NEG”, una especie de archivo “caótico”, señala Misha.

Crearon asimismo una especie de atlas de escultura en el que llevan trabajando bastantes años y que se materializó por primera vez en la exposición actual en Guimarães (Portugal) con baldas de almacenaje, estantes en los que han colocado objetos desde souvenirs relacionados con la escultura a otros elementos. La muestra allí “Complexo Colosso” “toma el título de una escultura [símbolo de la ciudad lusa y Portugal] encontrada a finales del siglo XIX. Nos propusieron hacer un trabajo alrededor de la misma”, señala Misha.

Aunque se cree que esta escultura enorme es antigua, de la época castrexa-romana, en los últimos años hay quien defiende que es un fake. NEG retoma la conexión de Galicia con el Colosso, con raíces en la Xeración Nós. “Intelectuales gallegos como Risco y Cuevillas se encontraron con intelectuales de Guimarães. Llegamos a la figura de sus textos. A pesar de que su antigüedad sea cuestionable, es una figura que queríamos estudiar y visitar y a raíz de la invitación de Ángel Calvo nos pusimos a trabajar sobre ella”, añade Misha.

Jorge Varela, con una de las piezas que se pueden ver en Espacio Sirvent estos días.

Otra exposición en la que se puede comprobar el trabajo de un integrante de NEG es la muestra “Variaciones sobre la piedra fría”, en el espacio Sirvent en Vigo, a cargo de Jorge Varela.

Este trabajo (que parte de una trilogía sobre formas poliédricas iniciada hace cuatro años) tiene su base en la iconografía barroca y renacentista “Cristo sentado sobre la piedra fría” para elaborar una propuesta a partir de dicha roca. 

Varela no posó su mirada sobre la forma poliédrica de la piedra que abunda en la escultura renacentista de los Países Bajos, sino en la que se puede ver en Pazos de Arenteiro, Iglesia de San Salvador.

“Vi que esa piedra parecía un muro construido con formas poliédricas y fui extrayendo los poliedros para ir haciendo variaciones” porque “frente a la idea de originalidad yo trato la idea de copia y de fallo”, señala.

El artista no oculta que en esas piezas en Espacio Sirvent también conectan con la idea de la muerte, con hitos funerarios.

Pero la relación con el más allá o la historia no son el único peso entre los nuevos escultores. Sobre los modos de hacer, aclara Ángel Calvo Ulloa que “Galicia pertenece a uno de esos territorios en los que los procesos artesanales de trabajo están muy presentes aún”.

Es el ejemplo de Diego Santomé cuyo trabajo “está “ligado al trabajo de los artesanos, tiene que ver con ese uso artesanal de la forma, que actúa en contra de la banalización del mundo”, señala el propio artista.

No obstante, siempre con “un trasfondo político, de justicia social, haciendo expansión de mi propia disciplina. Entiendo la escultura como algo que sale del espacio, de la forma, para relacionarse con el tiempo”.

En su último proyecto, se ha centrado en cuestiones ligadas al material con el agua. Está elaborando fuentes. “Hago que ese agua, material fluido, entre en relación con la escultura contemporánea”, resume. Y en el trasfondo, cómo no, la vida y “la obsesión de introducir el tiempo en el objeto”. Para él la escultura “es un reflejo del pensamiento contemporáneo, etéreo y fluido”.

Mar Ramón, con sus vasijas en forma de mujer. M. R.

Otra artista que conecta con los procesos artesanales es la escultora Mar Ramón, que trabaja con la cerámica “en un vínculo con el cuerpo” que se traduce en las formas, colores (rosados, tierra y marronáceos). “Últimamente utilizo las formas de los jarrones, que son señoras y que tienen asas como brazos. En el jarrón, hay boca, barriga... “, explica la autora.

En su caso, su interés radica en las materias. Ahora, se encuentra en la Comunidad Valenciana en una residencia y exponiendo en Elche la muestra “Una curva unha ola un cos” (una curva, una ola y un cuerpo, en castellano, gallego y valenciano).

Mar Ramón se inspira en fotos de gallegas de Matilda Anderson para sus vasijas

“Yo soy valenciana pero vivo en Galicia desde pequeña y el proyecto habla de ser dos sitios pero no ser de ninguno a la vez”, detalla esta joven con taller en Niñodaguia, en Ourense, un pueblo con tradición alfarera.

“Casi todas las piezas de la exposición en Elche parten de una foto de Ruth Matilda Anderson, de unas mujeres de Niñodaguia”, agrega. “Las formas que hago tienen un punto de apilación y de persona que soporta un peso”, porque las mujeres entonces no podían hacer vasijas pero sí transportarlas del taller al horno.

Pablo Barreiro trabaja la idea de molde en cerámica. P. B.

Con la cerámica también trabaja Pablo Barreiro desde que realizó un proyecto becado en Lisboa. “Me atrae –explica– la idea de jugar con la copia y el original. Ahora, estoy trabajando con la cera y escayola, materiales que quedan fuera de las piezas. En esa línea, también desarrollo un proyecto para una futura exposición en Santiago trabajando con aluminio”.

Barreiro siempre ha visto “la escultura como una forma de comunicación y lectura de la historia a través del arte”, no obstante con capas lejos de la temática social.

Obra de Carla Souto C. S.

Otro ejemplo de fusión de escultura con otras modalidades artísticas se da en Carla Souto quien cree “que cada vez se está poniendo más en valor la escultura pero aún queda camino para que esté a tope con el público”. Para ella, las fronteras en los géneros artísticos “se están desdibujando” al igual que en el género, la moda o relaciones sociales.

Souto suele trabajar con barro, yeso y fotografía. “Ahora, mi proyecto es de esculturas vestibles, en joyería, trabajando con materiales nobles como planta y oro destinados a un uso cotidiano. Son piezas que se pueden vestir que están a medio camino entre la moda y el arte contemporáneo”, señala la autora.

Muestra de la Enciclopedia de escultura de Nova Escultura Galega en Guimarães. NEG

Misha Bies: “Creo que hay posibilidad de escultura desde un papel o una foto”

decoration

Asegura Misha Bies Gola que su “camino natural viene dado a partir de una idea de vanguardia, de objetos encontrados, objetos de memoria”, con el fin de “transformarlos”.

El artista defiende la “aproximación a la escultura desde lo gráfico. Creo que hay posibilidad de escultura desde un papel o una fotografía”.

No obstante, reconoce que también está modelando, trabajando en la escultura al uso. “Lo hago con la idea de fotografiar el resultado, teniendo en cuenta la luz, el espacio, para ver si hay trascendencia más allá de lo físico”, señala un autor que utiliza objetos que encuentra, ensamblajes, maderas.

Entre sus referentes, figura el trabajo de Asorey en Lalín en homenaje al aviador Joaquín Loriga. “Por nuestra parte, señala, hay interés en la parte b del relato oficial de la tradición escultórica gallega. En la parte trasera, de la escultura lalinense se nos muestra una pieza de corte geométrico, sin figuración, como un avión invertido. Esas caras b son nuestro motivo de estudio”, concluye.

Pieza de Carme Nogueira para “Complexo Colosso”. C. N.

Carme Nogueira: “No podemos usar el espacio público como antes”

decoration

Carme Nogueira considera que “no podemos usar el espacio público como antes con esculturas inamovibles que quedan por todos los siglos. El espacio público es más complejo y cambia con el tiempo. Un lugar puede tener de diferentes usos dependiendo de la hora del día. Por lo tanto, hay otra responsabilidad con respecto al lugar. Es importante entender qué significa ese lugar para la gente antes de poner algo”.

Carme Nogueira, que participa en la exposición “Complexo Colosso” en Guimarães, donde también muestra la Nova Escultura Galega, explica su pieza “A propósito de Alvão”.

“Trata –explica– de la construcción de los jardines del Palacio de Cristal y se llama así porque allí hubo una exposición colonial que Alvão [el Pacheco de Porto en el siglo XX] retrató así como la recogida del vino de Oporto. Yo hice mi obra a partir de esas fotos y tiene que ver con el trabajo y conla explotación colonial”.

“En la exposición colonial, prosigue, se reconstruyeron poblados y gente de ultramar. Yo transformé la idea de uno de los pabellones y creé una escultura de madera que permaneció en el Palacio de Cristal para hablar y tener encuentros”. Ahora, esa escultura la retomó para “Complexo Colosso”, que se puede visitar junto a otras piezas (una instalación con baldosas) de la autora hasta febrero.

Compartir el artículo

stats