Después horas avanzando a una velocidad de 250 metros por hora, después de la rotura del cono de Cumbre Vieja, la lengua de lava del norte se ralentizó ayer a media tarde y empezó a fluir a escasos 30 metros por hora. El volcán de la isla de La Palma no cesa como tampoco lo hace el daño del avance de las coladas de lava.

La lengua lávica que ha estado fluyendo con mayor rapidez y tiene en vilo a los efectivos de Protección Civil es la que está más al noroeste y recorre la localidad de La Laguna (Los Llanos). Ya ha bordeado la montaña de La Laguna –a unos 1.500 metros de distancia y paralela a la de Todoque–, y discurre por los cultivos plataneros asentados más cerca de la costa. En estos días, esta lengua de lava líquida ha llegado a arrastrar grandes bloques de materiales volcánicos, crear tsunamis lávicos y alcanzar una velocidad de 250 metros por hora. Sin embargo, los expertos ven que esta colada está empezando a perder potencia.

“Ahora no discurre a más de 30 metros por hora”, señaló Rubén Fernández, director técnico provisional del Pevolca, quien explicó que se está siguiendo muy de cerca el avance de las lenguas de lava así como sus posibles trayectorias. Por la orografía actual, esperan que toda la lava acabe confluyendo por el norte e, incluso, que se puedan juntar de nuevo las lenguas en su camino hacia el mar. Asimismo, hay un dedo que se ha separado de la colada que está más al norte y cuya tendencia parece ser la de ir también pegada a ella, por lo que, según Fernández, no afectaría en principio a la zona situada más al noroeste de La Laguna y, por ende, cercana a Tazacorte. Fernández explicó que estos ramales de la colada están a aproximadamente un kilómetro de la costa y que la previsión es que si llegan al mar formen una nueva fajana. Sin embargo, los expertos también son conscientes de que de ello dependerá el aporte magmático que reciba el volcán así como los cambios que sufra en el cono, que ya son recurrentes. “La morfología del cono está cambiando y seguirá haciéndolo”, sentenció la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco.

De hecho, a diferencia de días anteriores, cuando los expertos consideraban que el resto de coladas estaban “prácticamente detenidas”, las últimas imágenes térmicas permitieron comprobar que hay aporte lávico en todas ellas. No se trata de “una gran aportación” de material, pero sí existe “un caudal que las alimenta lentamente”, por lo que “no es descartable” que estas otras coladas experimenten una evolución a corto plazo.

Y es que la erupción está lejos de acabar, pues aún sufre la presión de los “cientos de millones de metros cúbicos de lava” que alberga la isla en su interior, como resalta el catedrático de Geología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), José Mangas. Tampoco hay un indicador que permita anunciar el envejecimiento y muerte del volcán.

La sismicidad se mantiene –aunque es muy profunda y se ha rebajado con respecto a días anteriores–, al igual que el tremor volcánico y la salida de lava y gases lo que supone que “el potencial de la erupción no ha variado”, como indica Mangas. En estos momentos, de hecho, el volcán está atravesando una etapa de su vida más “efusiva”, en lugar de explosiva, lo que supone que se emiten “menos cenizas” y se producen menos explosiones, como determinó Blanco. Y es que, al tratarse de una erupción estromboliana estable, puede atravesar tanto “episodios más explosivos como otros más tranquilos”, destacó Mangas.

La tierra sigue temblando, pero en el día de ayer lo hizo con menos frecuencia. El número de seísmos (un total de 66) hacen que la de ayer haya sido la tercera jornada más tranquila de las últimas dos semanas. No obstante, siguen destacando los terremotos que se producen a grandes profundidades.

El último con estas características sucedió a las ocho de la mañana de ayer, de nuevo en el municipio de Mazo –en el lado este de la isla–, con una magnitud 4,5 en la escala de Richter y que, de nuevo, se sintió en toda la isla.

Imagen aérea que muestra dónde están los perros. // Leales.org

Una firma gallega de drones planea rescatar cuatro perros

La empresa gallega de drones Aerocámaras, con sede en Lalín, prepara “a contrarreloj” una propuesta de rescate de cuatro perros que se encuentran atrapados en el entorno de una vivienda de La Palma, en el barrio de El Paraíso, en El Paso, como consecuencia de las coladas de lava del volcán Cumbre Vieja. Según su propuesta, que está a la espera de recibir los servicios pertinentes, utilizarían un dron de carga que transportaría un sistema propio de logística adaptado a las características de los animales. Junto a otro dron de apoyo, el piloto encargado de la operación podría así planificar el vuelo del rescate con seguridad. La utilización de helicópteros se hace inviable debido a los materiales (cenizas, piroclastos) que desprende el volcán y el acceso por tierra también es complicado debido al cerco de ceniza y lava que los rodea. Por tal motivo, los drones son la única forma viable para un posible rescate de los podencos, cuyo seguimiento lo llevan los miembros de la protectora UPA La Palma. La empresa ha subrayado que siempre actúa dentro de la legalidad aérea, respetando lo indicado por las autoridades competentes y “cualquier decisión que puedan tomar para evitar riesgos innecesarios así como anteponer siempre la seguridad de todos”.

Alimentación

Dos empresas palmeras, Volcanic Life y Ticom Soluciones SL, llevan varios días alimentando a los animales mediante drones y con el aval del Cabildo de La Palma. La plataforma animalista Leales.org señala que dos de los podencos puenden salir y entrar del estanque, lo que les permite resguardarse del calor y el frío, pero los otros dos, en un estanque más pequeño, se encuentran al sol y sin posibilidad de resguardo. Por ello, la asociación Aanipal ha propuesto el envío de una pequeña caseta para su resguardo, ya que por el día están expuestos al sol y por la noche no tienen dónde refugiarse del frío.