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José Besteiro | Periodista, escritor y productor audiovisual

“Cunqueiro estuvo en la cárcel varias veces, acusado de estafa, aunque su familia decía que era por estraperlo”

El escritor mindoniense, exdirector de FARO, protagoniza un libro en el que, a la par que se alaba su obra, se relatan “secretos” de su vida

José Besteiro, autor del libro. | // XURXO LOBATO

José Besteiro (Riotorto, Lugo 1963) conoció la obra de Cunqueiro a los 8 años de edad través de los cuentos que su abuelo le relataba para hacerlo dormir. Su familia y la de don Álvaro eran muy cercanas. Por eso asegura que el libro “Un hombre que se parecía a Cunqueiro” (Ediciones del Viento) “aunque lo he escrito en menos de medio año, en realidad me ha llevado toda la vida, desde aquellas noches en que mi abuelo procuraba dormirme con las historias de Merlín y familia y, al cabo, el que acababa durmiéndose era él”.

Reproduccion de la carta. | // CEDIDA POR ED. DEL VIENTO

–Si le parece bien,y aunque no sea muy ortodoxo, comencemos con el Epílogo de “Un hombre que se parecía a Cunqueiro”, que es donde usted prueba que don Álvaro estuvo en prisión. Esto era una especie de secreto familiar...

– Sí, era un secreto familiar, pero si está en el Epílogo es por una razón. Verás, yo ya sabía que había estado preso, pero las pruebas no las tuve hasta que el libro estaba practicamente en imprenta, por eso y porque yo, como periodista, soy muy riguroso, no lo había contado en los capítulos anteriores. Sin embargo, conseguí el documento definitivamente probatorio gracias a un amigo mío de la adolescencia, Juan Soto. Se trata de esta carta que don Álvaro envía desde la Prisión Provincial de Lugo, en la que yo también sabía que había sido visitado por su amigo el poeta Manoel María porque éste mismo lo dijo en un libro de entrevistas.

El texto literal de la carta, dirigida su amigo Trapero Pardo, es el siguiente: “Querido Trapero: Tengo que pedirte un favor: que pongas un aviso de conferencia a la dirección que va abajo: acudirá mi hermana Carmen. Pregúntale si se recibieron en el juzgado lo poderes para el abogado y si surgió alguna dificultad. Todo lo que te diga ¿puedes venir a comunicármelo a la Prisión Provincial? Estoy desesperado sin noticias,aunque sepa que todo va bien”. Está firmada solo con el apellido, Cunqueiro, y añade una postdata: “Si pones el aviso a las 3, te darán la conferencia para las 6.30 o 7. VALE”.

–En el libro usted dice que la razón por la que Cunqueiro estaba preso era, “supuestamente”, por un delito de estraperlo, pero había algo más. ¿ Lo ha confirmado?

– He querido ser precavido en esta cuestión, por eso puse lo de “supuestamente”. Que había sido detenido por estar implicado por estraperlo de aceite en la frontera con Portugal, era la versión que siempre había escuchado por parte de la familia. Pero resulta que, en la entrevista antes citada, Manoel María ya contaba que Cunqueiro había tenido problemas por “exhortos quevedescos” (es decir, por problemas con los juzgados) en Madrid. Por otra parte, lo que sí he conseguido demostrar es que, además de en la de Lugo, Cunqueiro también estuvo en la prisión de Figueirido (Pontevedra) y, probablemente, en la de Alcalá de Henares, donde me consta que existen expedientes de tres delitos por estafas. Esto último creo que lo voy a poder demostrar cuando me den acceso a sus archivos, cosa que no pude hacer hasta ahora debido a las restricciones por la pandemia.

–No figura en el texto: ¿En que fecha fue escrita esta carta ?

– Debió ser a su regreso a Mondoñedo tras su etapa en Madrid, a mediados de los 40, casi con toda seguridad en 1946.

–Usted conoce a los Cunqueiro, sobre todo a sus hijos. ¿Les habló de este tema?

– Llamé a César y me dijo que me atendería, que ya me llamaría él, pero no lo hizo. Y no, yo no pienso nada malo de César, lo que creo es que él tambien desconocía que su padre había pasado por la cárcel. Un padre no suele contarle a sus hijos que estuvo preso. Lo que sí me dijo César, y me lo dejó bien claro, es que sobre la vida de su padre ya nada podía ser tabú.

–El segundo capítulo de su libro se titula “Las damas del tiempo pasado” y trata de sus relaciones con las mujeres. ¿Era acaso mujeriego?

– En esto sí que no hay nada secreto porque lo que cuento son informaciones extraídas de los artículos del propio Cunqueiro. Es que don Álvaro era una especie de Pulgarcito que dejaba pistas y, si las pones todas juntas y a ello le sumas los testimonios de amigos suyos como Xavier Domingo o los también directores de FARO Landeira y Armesto, las cosas quedan bien claras. De todas formas, más que de mujeriego, yo lo calificaría de enamoradizo.

-Y ya sabría, como publicó FARO, que escribió falsas traducciones.

–Algo sabía, sí,pero no de manera tan profunda y con tal dimensión. Es maravilloso,es muy divertido. Pero no me extraña. Una vez dijo que en Estados Unidos le habían concedido el Premio Mark Twain por un libro que jamás escribió.

- Su libro da a entender que la vida de Cunqueiro fue muy movida y llena de experiencias vitales cuando, la imagen que se suele tener de él, salvo andanzas con Casstroviejo, era la de un hombre entregado a la literatura y que todo lo sacaba de la imaginación y los libros.

–Hay escritores a los que no les cabe la vida en la biografía, y Cunqueiro es un ejemplo perfecto, porque tuvo muchas vidas: por una parte las de un burgués y, por otra, las que imaginaba. Yo quiero ser justo con él y le atribuyo cuatro grandes aportaciones culturales: se anticipó al realismo mágico 11 años con Merlín y familia, publicada ya en 1955; inventó el articulismo fabulado; fusionó el surrealismo con las cantigas galaico portuguesas; y, por último, fijó el canon gastronómico con la cultura cristiana del occidente. ¡Qué pedazo de genio! Y todo esto lo hizo desde una aldea.

- Oiga, ¿y por qué mintió tanto?

–Yo no creo que mintiese, lo que ocurre es que,en la medida en que era un genio, jugó muy bien a ocultar su pasado. Cunqueiro fundía la realidad con la ficción y, sobre todo al final de su vida, las confundía: daba por ciertas cosas que no habían ocurrido. Pero sobre este tema ya dijo García Márquez que “la vida no es como fue, sino como se recuerda”, y eso nos pasa a todos.

- Pero ¿quién era el verdadero Cunqueiro?

- He hecho paralelismos con sus personajes y me he percatado que muchas veces está hablando de y por sí mismo. Cunqueiro es Sinbad, es Fanto Fantini, es Merlín...A través de sus personajes don Álvaro nos fue diciendo quién era él y lo que pensaba. Era mucho menos secreto de lo que imaginamos.

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