Las autoridades estadounidenses creen que la empresa que fabrica la vacuna de AstraZeneca podría haber proporcionado información no actualizada sobre la eficacia de su antídoto, que aún no ha sido autorizado para su uso en este país. El Consejo de Monitoreo de Datos y Seguridad de EE. UU. (DSMB, por sus siglas en inglés), integrado por un panel de expertos independiente que asesora al Gobierno de Washington, expresó su preocupación por la información publicada por AstraZeneca sobre los datos iniciales de su ensayo clínico de la vacuna COVID-19. Estados Unidos el año pasado negoció para comprar 300 millones de dosis de ese preparado.

El DSMB informó al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID en sus siglas en inglés) de esta preocupación. “Instamos a la empresa (AstraZéneca) a trabajar con el DSMB para revisar los datos de eficacia y garantizar que estas cifras de eficacia más precisas y actualizadas se hagan públicas lo antes posible”, subraya el instituto. EEUU ya tiene aprobadas de Pfizer, Moderna y Johnson and Johnson –y tiene dosis de sobra para vacunar a toda su población adulta sin necesidad de las de AstraZeneca–.

Por otra parte, Europa no “descarta de forma definitiva” el vínculo del fármaco de AstraZenenca y la coagulación. La directora de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), Emer Cooke, subrayó que los informes clínicos revisados por sus expertos no permiten aún “descartar definitivamente un vínculo entre la vacuna y los casos” raros de coagulación sanguínea detectados.