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El infierno en casa: dos niñas sufrieron abusos sexuales de su padre durante 10 años

El infierno en casa: dos niñas sufrieron abusos sexuales de su padre durante 10 años

Con una condena de 17 años de cárcel. Así se cerró ayer uno de los casos de abusos más escalofriantes de los últimos años en Oviedo. En la sentencia que se hizo pública a través del Tribunal Superior de Justicia de Asturias la sección segunda de la Audiencia Provincial describe una situación casi imposible de creer. Todo empezó en agosto del año 2010. Fue entonces cuando el procesado y su esposa rompieron su relación. Las hijas de ambos por aquel entonces tenían 13 y 7 años y quedaron al cuidado del hombreY empezó su calvario.

“Desde esa fecha el procesado aprovechando esta situación y la ausencia de su madre hizo objeto a su hija en repetidas ocasiones tanto en su domicilio como en la caseta del huerto que poseía de diversos tocamientos en sus pechos y genitales”, señalan los jueces. Todo cambió cuando la mayor de las hijas cumplió 14 años. La niña comenzó entonces a oponerse a los deseos de su padre. Y a los abusos se les unió la violencia. El ahora condenado comenzó entonces las agresiones. El hombre “agarraba a su víctima fuertemente por los brazos y le tiraba del pelo consiguiendo sus propósitos”. Los abusos siguieron durante más de nueve años sin que casi nadie alrededor se percatara de lo que estaba sucediendo. El tribunal asegura que lo único que cambió con el paso del tiempo fue la hija objeto de los abusos. que pasó a ser la menor.

Secuelas

Los jueces mantienen (después de escuchar a testigos, peritos, víctimas y acusado) que una de las pequeñas está diagnosticada con un trastorno de adaptación con reacción mixta de ansiedad y depresión como consecuencia de todo lo que tuvo que vivir en su casa. En su fallo el tribunal también describe episodios violentos. “Cuando sus hijas llegaron de Galicia la mayor empezó a insultarle, él estaba cortando carne, le dijo basta por favor, por el dolor y la rabia le dio un puñetazo en la mesa, a continuación llamó a los abuelos de Galicia para decirles que no las volviera contra él”, aseguran los jueces. El hombre llegó incluso a dar de baja los teléfonos de las menores, que nunca llegaron a contar lo sucedido.

Durante el juicio la madre de las pequeñas llegó a acusar a su exmarido de no dejarle ver a sus hijas. El trabajo de esta mujer en la hostelería había hecho imposible que se hiciera cargo de las menores pero tampoco el día de descanso las podía ver. También declararon vecinos que aseguraron que nunca habían sospechado lo que sucedía en el domicilio. Poco pudieron aportar, de hecho, más allá de decir que el hombre tenía un huerto y un coche con las lunas tintadas.

El varón fue denunciado por enviar mensajes subidos de tono a través de Whatsapp a una compañera de clase de su hija pequeña. “Golfa, te voy a traer a vivir conmigo” o “quiero hacerte un hijo” son algunos de los mensajes por los que el ya condenado fue llevado ante el juez, pero finalmente resultó absuelto por aquella causa.

En esta ocasión, la Audiencia ha decidido imponerle una condena de trece años, seis meses y un día de cárcel por un delito continuado de agresión sexual, a los que hay que sumar otra pena de cuatro años y un día de cárcel por un delito de abuso sexual. Igualmente, el procesado debe indemnizar a las víctimas con 15.871,20 y 3.000 euros, respectivamente. No obstante, las partes tienen diez días para recurrir el fallo ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

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