No basta con doblegar la curva de contagios de COVID-19, cada vez más preocupante, sino que hay que vencer al virus, por eso el profesor de Virología y Epidemiología de la Universidad de Santiago Carlos Pereira sostiene que es necesario otro confinamiento domiciliario en España, al menos de dos meses, similar al de la pasada primavera y unas medidas de desescalada mucho más estrictas que entonces. Una medida que como científico respalda, aún en contra de los criterios políticos que consideran que hay otras alternativas. “Los cierres perimetrales no están funcionando”, asevera.
“Las aglomeraciones provocan la aparición de nuevas mutaciones ”
– Está clara su preocupación por la situación. ¿Tan mal vamos con la pandemia?
– Vamos mal y me preocupa, no por la enfermedad en sí, sino por las consecuencias de que la pandemia se prolongue por la actitud que estamos teniendo, tanto a nivel político como a nivel social. La mayoría seguimos las normas, pero con muy bajo porcentaje de población que no siga es suficiente para que siga circulando el virus y se generen nuevas variantes. Las aglomeraciones provocan la aparición de esas nuevas variantes y facilitan su circulación, lo que implica un riesgo porque entre ellas siempre puede haber algunas más virulentas. En poblaciones donde se permiten las aglomeraciones, se da tiempo a que esos portadores que necesitarán ingreso en hospital dispersen el virus antes de desarrollar síntomas y poder ser aislados; además, el virus que dispersan será de variantes virulentas. Claramente, estamos haciendo que se generen más variantes y que circulen las virulentas.
– ¿Cómo afrontarlo? ¿Qué se puede hacer?
– No queda más remedio que una cuarentena muy estricta, un confinamiento domiciliario como el que ya tuvimos. En su momento se hizo correctamente, pero en cuanto acabó ¡barra libre! El virus no estaba bajo control. Tras la cuarentena debemos llevar a cabo una apertura muy paulatina y con estricto control porque el virus sigue circulando. Cuando la curva baja circula menos virus, pero sigue habiendo portadores y esos portadores hay que detectarlos y aislarlos. No queda más remedio. Estoy pensando en patología animal, que es en lo que trabajo yo: a esos portadores se les aísla y se ponen en cuarentena.
“Calculo que en febrero tendremos el pico álgido de los excesos de estas fiestas”
– ¿Cómo evitar que los portadores salgan a la calle?
–Creo que hay que aplicar el código QR de identificación del estado sanitario de la población, aunque cuando esta pandemia pase se elimine. A lo mejor soy muy ortodoxo y muy incorrecto políticamente porque entiendo que hay un derecho a la confidencialidad, pero también creo que por encima está el derecho a la salud de las personas. Para mi en este momento es aplicable el código QR, de forma que aquel que ha sido detectado como portador tiene que quedarse en casa y si sale debe ser detectado y sancionado. Es una falta de conciencia y consciencia.
– ¿Estamos ya en la tercera ola? ¿Para cuando se espera el mayor repunte de contagios?
–Estamos entrando de lleno en la tercera ola. El problema es que en estas fiestas, aparte de excesos continuos, hubo momentos con excesos puntuales pero muy importantes en Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Reyes. Como ha habido varios momentos en este periodo, creo que hasta mediados de febrero no vamos a tener el pico máximo. Dependiendo de lo que se haga en ese momento se empezará a controlar. Si se hace lo que hasta ahora la curva bajará ligeramente, pero nada más.
– La apuesta de las administraciones parece situarse en los cierres perimetrales.
– Deberíamos ser inteligentes y ver que los cierres parciales no están funcionando. Entiendo el comercio, mi padre tuvo una tienda y por eso comprendo que en este momento el pequeño comerciante tiene que estar pasándolo muy mal. Necesitan saber cuándo finalizará esto, y con la estrategia que estamos siguiendo, no se puede predecir el final.
“En epidemiología es de libro no vacunar al portador. Hay que hacer PCR antes de inocular ”
– Lo fiamos todo a la vacuna...
– Los virus tienden a adaptarse a la población y no matarla, les interesa sobrevivir. Por eso, incluso sin vacuna la pandemia desaparecerá, pero, con las medidas actuales podríamos tardar un par de años más. El problema, en este caso, es que no sabemos qué va a ocurrir con estas vacunas y este virus. Si se comporta como muchos de los virus respiratorios, es probable que en un año necesitemos una vacuna nueva. En el caso de la gripe, que es un virus estuviese adaptado, año tras año se necesita una vacuna nueva; no estando adaptado, que es la situación actual con el SARS-Cov2, y circulando diversas variantes, no sabemos qué puede ocurrir con la efectividad poblacional de la vacuna que se administra.
–¿Las mutaciones pueden restar validez a las vacunas actuales?
–En este caso están circulando muchas variantes. Cuando uno diseña una vacuna –nosotros trabajamos en vacunas de animales– se diseña para una cepa determinada, o un grupo pequeño de variantes. Trabajamos con virus que provocan epidemias de vez en cuando, y diseñamos vacunas para variantes mayoritarias, pero el SARS-CoV-2 es un virus que está en pleno momento álgido de diversificación. Lo que puede ocurrir es que la eficiencia de las vacunas que se están produciendo no sea al 90% que dice la farmacéutica, no porque mienta, sino que la eficiencia que ellos declaran se refiere a la cepa concreta con la que están trabajando.
– En algunos centros de tercera edad dónde se ha vacunado a los ancianos de COVID-19 aparecen infectados. ¿A qué obedece?
– Puede ser que fuesen portadores; en patología animal puede ocurrir que si inoculamos una vacuna a un portador, éste puede desarrollar la enfermedad. Con otros virus no es descartable, con este y en humanos podría ser una de las explicaciones posibles. Es de libro que no se puede vacunar a un portador, porque está infectado. Para nosotros, es una obviedad y parece que se está obviando la obviedad, y es impredecible lo que puede ocurrir. Es necesario hacer PCR antes de inocular la vacuna. Además, una vacunación en plena subida de la incidencia es arriesgada.
