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Aprender a oler tras el COVID

Una de las secuelas leves pero molesta de infectarse por coronavirus es la pérdida de olfato (y gusto) que sigue hasta 8 meses más tarde | La rehabitación, una de las claves

En sus siete décadas de carrera, el neurólogo y escritor Oliver Sacks atendió y narró toda clase de casos inverosímiles pero basados en la experiencia. Uno de ellos, en su libro “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” muestra a un paciente marcado por una ausencia: “Nunca había reparado en el sentido del olfato, pero cuando lo perdí fue como quedarme completamente ciego”, le reveló tras un golpe en la cabeza. Miles de personas hoy lo sienten tras sufrir COVID.

"Llevo 90 días sin olfato y aún no lo recupero, mientras el gusto es parcial”

Empezar el día con una taza de café que no huele –ni sabe– a ese aroma de grano tostado, ni distinguir la esencia de colonia infantil de un niño, la del del champú bajo la ducha o el característico olor de la comida preferida o a pan recién horneado. Se trata de una de las secuelas más leves de quienes han sufrido coronavirus: la falta de olfato, que puede extenderse hasta seis u ocho meses. Es el caso de Beatriz Eugenia González, una de las cerca de 345.000 personas en España que han sufrido anosmia y ageusia debido al coronavirus en algún momento de su evolución. “En septiembre perdí el olfato por estar contagiada con COVID-19; llevo 90 días sin olfato y aún no lo recupero, mientras el gusto es parcial”, explica esta paciente. El olfato desapareció de su catálogo de sentidos casi al tiempo que el gusto y también llegó un mayor desánimo.

Quizás una de las secuelas más características de la COVID-19 a nivel neurológico, sea esa anosmia o pérdida de olfato. Según Iván Moreno, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), esta se produce por afectación directa del virus en el sistema nervioso central. Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), su vicepresidente, Jesús Porta, asegura que la mayoría de los pacientes suele recuperarse entre las 24 primeras semanas. No obstante, hay otros enfermos en los que puede permanecer un déficit prolongado. “De hecho hay pacientes que todavía no han recuperado el olfato y fueron infectados a primeros de marzo o finales de febrero”, señala el experto.

¿Cómo se pueden tratar quienes sufren esta afectación, a priori leve pero molesta? Algunos laboratorios ya han ideado productos que ayudan a recuperar el olfato. Entre los primeros que ha llegado a Galicia está uno de los laboratorios Arkopharma. Se trata de un kit que ayuda a recuperar el olfato y el gusto y que ha contado con el asesoramiento del doctor Raimundo Gutiérrez Fonseca, secretario general de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.

El kit está formado porcuatro aceites esenciales que desprenden los aromas utilizados por los otorrinolaringólogos en sus terapias de recuperación del olfato: floral, frutal, resinoso y especiado (de geranio, limón, eucalipto y clavo). Son aceites esenciales 100% naturales para realizar el entrenamiento. La clave está en oler durante treinta segundos seguidos las esencias. Por ejemplo, de geranio rosa, que en la primera fase requieren de hasta tres sesiones diarias. “Basado en la aromaterapia, el método es le mismo que utilizan en las consultas los otorrinos con aquellas personas que han perdido por diversas circunstancias, de forma repentina, el olfato y el gusto”, aseguró el director general del laboratorio que lo comercializa, Baldomero Falcones. Existen diferentes fases del entrenamiento olfativo: la de inicio, que agrupa 6 semanas de entrenamiento; la de continuación, que agrupa 6 semanas con 2 repeticiones; y la de mantenimiento, de 12 semanas con una repetición.

  • 88% de jóvenes no hospitalizados

    En España los datos apuntan a que hasta un 88% de los pacientes de COVID-19 jóvenes y no hospitalizados perdieron el olfato.

  • Dos de cada diez no lo recuperan

    La mayoría de los pacientes recuperan los sentidos de gusto y olfato de forma espontánea, si bien hay un 20% que no lo logran en su totalidad y luego presentan dificultad para identificar determinados olores.

El otorrino señala que un 19% de la población sufre una alteración del olfato; con lo que no se trata de nada exclusivo de la COVID-19. Sus causas son varias, siendo las más comunes las infecciones respiratorias, por temas farmacológicos, por enfermedades neurodegenerativas, tumores y ahora debido a sufrir coronavirus. El experto ha remarcado que “la mayoría de los pacientes recuperan estos sentidos de forma espontánea, pero estamos encontrando que cerca de un 20% no los recuperan o, al menos, no en su totalidad y presentan dificultad para identificar olores”.

Tanto es así que la Unidad de Olfato del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínico San Carlos de la Comunidad de Madrid ya puso en marcha recientemente un programa destinado a recuperar los sentidos del olfato y gusto en pacientes infectados de Covid-19, a través de un entrenamiento que consiste en la estimulación repetida de la vía olfatoria para recuperar la funcionalidad perdida tras la enfermedad, mediante una selección de olores. Sin embargo, en Galicia no se cuenta con esa unidad específica.

Uno de los kit de rehabilitación olfativa que llegaron a Galicia, en una farmacia de A Coruña.

“Hay que entrenar la memoria olfativa y el gusto”

Aunque todo empieza en la nariz, parece que la COVID-19 actúa en el cerebro y camino al cerebro, a la hora de dejar de oler. Allá donde senos nasales y sesos se juntan empieza a actuar el coronavirus. El doctor Raimundo Gutiérrez Fonseca, secretario general de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello explica que el tratamiento se basa en aplicar antiinflamatorios y especialmente a través del entrenamiento olfativo. “Consiste en entrenar y rehabilitar el sentido para ejercitar la memoria olfativa y poco a poco ir recuperando ambos, ya que la función gustativa está muy ligada a la olfativa. Para ello exponemos al paciente a sustancias odorantes durante unos 30 segundos varias veces al día en función de cada fase, y lo acompañamos de un estímulo visual”.

“Se trata de entrenar y rehabilitar el sentido para ejercitar la memoria olfativa y poco a poco ir recuperando ambos sentido”

Lo que llamamos entrenamiento olfatorio es la rehabilitación equivalente a recuperar la musculatura en el gimnasio. “Se trata de entrenar y rehabilitar el sentido para ejercitar la memoria olfativa y poco a poco ir recuperando ambos sentido”, explica desde Barcelona la doctora Adriana Izquierdo-Domínguez, que acaba de publicar un estudio sobre las anosmias relacionadas con COVID-1. El entrenamiento olfatorio se realiza también en otras causas de anosmia como párkinson y alzhéimer; y después traumatismos craneoencefálicos: “Consiste en exponerse a sustancias odorantes que vienen preparadas en un kit, durante 10 o 20 segundos de tiempo, dos veces al día, acompañado del estimulo visual”, precisa. Esta investigadora señala que “en los seguimientos y controles hay pacientes que persisten con alteración del olfato, habiendo superado ya más de cuatro semanas desde el inicio de los síntomas”.

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