El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, alertó ayer de que la cocirculación de Covid-19 y la gripe puede empeorar el impacto en la atención sanitaria, cuyos sistemas ya están "abrumados" tras meses de lucha contra el coronavirus.

Tedros alega que la pandemia ha reducido la vigilancia de la gripe y el intercambio de información sobre el virus. "Estas disminuciones se deben a una combinación de problemas, incluida la reutilización del personal y los suministros, los laboratorios sobrecargados y las restricciones de transporte. Estas interrupciones pueden tener efectos a corto y largo plazo, como la pérdida de capacidades para detectar e informar sobre nuevos virus de gripe con potencial pandémico", avisó.

Por ello, la OMS publica una guía sobre cómo integrar la vigilancia de Covid-19 en la vigilancia rutinaria de la gripe. "Es esencial para proteger al mundo contra la próxima temporada de gripe. La temporada de gripe del hemisferio sur ya está en marcha. No hay tiempo que perder", zanjó.

Los niños, en peligro

También la OMS, junto a UNICEF, advertía ayer de que 51.000 niños menores de cinco años más pueden morir por la "interrupción" de la atención sanitaria primaria en Oriente Medio y en el norte de África causada por la pandemia "si se prolonga la actual interrupción de los servicios esenciales de nutrición y salud y si aumenta la desnutrición infantil".

La mortalidad infantil en algunos países de Oriente Medio y el norte de África podría aumentar en "cerca del 40 %" en comparación con las cifras previas a la pandemia, aseguran ambas instituciones. De cumplirse la predicción supondría una "regresión" en cuanto a supervivencia infantil de los últimos 20 años, aseguraron los directores de las agencias. La ONU estima que con este incremento de la mortalidad infantil, la cifra total podría alcanzar las 184.000 muertes de menores de 5 años a finales de este año.