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De la UE a la UCI

El eurodiputado Casares trabajó como voluntario en Madrid y Segovia - "Los sanitarios no son héroes; están preparados para salvar vidas, pero no contra la precariedad"

Casares, en su vivienda en Lalín (Pontevedra). // FDV

El lalinense Nicolás González Casares decidió implicarse en la política hace algo más de tres lustros, pero la sanidad es su verdadera vocación, no en vano tuvo que dejar su puesto de enfermero cuando en 2015 entró en la corporación lalinense como teniente de alcalde por el PSOE. Ahora su espacio político está alejado de la comarca y como europarlamentario participa activamente en comisiones de industria, investigación, energía, medio ambiente, seguridad alimentaria, pesca o sanidad.

Desde su domicilio de Lalín atiende por videoconferencia sus compromisos políticos y cuando llevaba más de un mes de confinamiento pensó en cómo podía "aportar mi granito de arena" a sus colegas sanitarios, en casos desbordados por una carga de trabajo sin precedentes. Tras realizar las gestiones ante el colegio de Enfermería le propusieron que su labor se centrase, primero, en el hospital Ramón y Cajal de Madrid y después en un centro sanitario de Segovia. "Mi ayuda no fue más allá que cooperar en cuestiones de soporte", dice. Durante 10 días en los que prestó colaboración en las UCI vio a unos profesionales "trabajando al 200%, sabiendo los riesgos que corren, pero muy centrados en su trabajo diario". "Entre todos los sanitarios hablábamos de salud, porque hay muchos de baja", añade. Sostiene que los equipos de protección sí están llegando a los profesionales y, aunque lo celebra, discrepa que se normalice la concepción de médicos o enfermeros como seres extraordinarios. "Los sanitarios son trabajadores públicos y están preparados para salvar vidas, pero no para la precariedad a la que están sometidos por los recortes", aduce. El mismo, en febrero, participó en varios debates en el Parlamento Europeo sobre estas cuestiones.

Acercade cómo el Gobierno central está actuando en la gestión de la pandemia apunta que cualquier Estado se habría visto desbordado por la incidencia de un virus al que hubo que tratar de atajar en tiempo récord. Pone como ejemplo que mientras la dirección del Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades (ECDC) apuntaba en febrero a la expansión del Covid-19 a Europa, la OMS rebajaba esta repercusión. "El desconocimiento de este virus por parte de todas las autoridades era muy grande y, pese a los avances, queda mucho por saber". Opina que la incidencia fue mayor en países con "mayor movimiento turístico" como Estados Unidos, Italia, Francia y, por supuesto, España.

"Este virus nos pilló a todos los sin todas las previsiones necesarias, pero el Gobierno de España actuó con las medidas más restrictivas y sin precedentes al día siguiente de que la OMS decretase la alerta". Ya dentro del territorio nacional, resalta, hubo comunidades autónomas que tuvieron un margen mayor para prepararse; entre ellas, además de Asturias, Baleares, Extremadura o Galicia, "donde la explosión fue menor", dice, en parte por las propia singularidad de sus territorios.

González Casares estima clave una homologación de datos de contagios dentro del territorio comunitario y defiende el fortalecimiento de las industrias sanitarias para evitar una feroz deslocalización a otros continentes.

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