Desde que iniciaron la producción de pantallas de protección facial han entregado ya 2.000 a hospitales, centros de salud y policías. El objetivo es ayudar a estos sectores más expuestos a que se protejan en estos momentos críticos de lucha contra la expansión del coronavirus. Ahora se han quedado sin material para seguir produciendo: necesitan ese plástico fino que utilizan para fabricar esas pantallas que tanto les están agradeciendo ya desde el gremio sanitario o las fuerzas de seguridad.

Son profesores y equipo directivo, así como los vigilantes, del Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) de Coia. Y lo hacen sin ánimo de lucro, en esta ola de solidaridad que esta alerta sanitaria ha provocado. En este centro de Coia pasaron de fabricar 100 al día a 800, mejorando el proceso a través de la máquina de corte láser que el profesorado utiliza en los ciclos de automatizado, robótica o mecatrónica industrial.

El material que necesitan son planchas de polietileno (grosor 2/3mm) y de metacrilato (5/6 mm), transparencias o láminas de plástico transparente de encuadernado, gomas corrientes tipo pollo y cajas de cartón para los envíos, preferentemente de 57x37x24 o similares.