El coronavirus ha contagiado a los mercados. Nada, ni siquiera el golpe en la mesa concertado entre las autoridades monetarias de Europa, EE UU, Reino Unido, Japón, Canadá y Suiza a última hora del domingo en forma de liquidez -que en el caso de la Reserva Federal fue acompañada de una rebaja de los tipos de interés al 0%- calmaron el pánico de los inversores ante la más que previsible recesión mundial. El Ibex 35 vivió ayer de principio a fin de la jornada otro día negro, con una caída del 7,88% que deja el selectivo en 6.107,2 puntos, colocándose en los niveles de 2012 previos al rescate bancario. El parqué español hizo añicos el leve repunte del pasado viernes -llegó incluso a bajar de la barrera de los 6.000 puntos en algún momento de la sesión- y acumula un retroceso superior al 36% en lo que va de año.

Solo Red Eléctrica de España (3,45%), Siemens Gamesa (1,72%) y Viscofan esquivaron los números rojos del día, liderados por IAG. Tras comunicar la suspensión temporal de contratos, una reducción de horas de trabajo y vacaciones voluntarias no pagadas en la plantilla para afrontar el parón del tráfico aéreo por la crisis sanitaria y la cuarentena, la aerolínea se desplomó casi un 28%. Le siguieron Meliá, con un descenso del 18,5%; Aena, del 15%; y ACS, con un recorte del 14,3%. En el grupo de valores con peor comportamiento están varios de los bancos españoles, como Bankia (14%), BBVA (13,3%), Bankinter (13,1%) y Sabadell (13,1%).

Entre el resto de plazas europeas, Milán perdió el 6,1%; París, el 5,7%; Fráncfort, el 5,3% y Londres, el 4,7%. La Bolsa de Tokio perdió el 2,4%; la de Hong Kong un 4%; y un 2,4% la de Shanghai. Wall Street seguía la misma tónica. Y eso que tuvo que paralizarse la actividad ante los fuertes descensos iniciales. A última hora de la tarde, a pesar de la inyección de liquidez, perdía alrededor de un 10%.

La jornada bursátil se cerró sin conocer todavía ningún detalle de la reunión que los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) mantuvieron ayer por videoconferencia para intentar coordinar la respuesta económica de la moneda única al brote de coronavirus, presionados por el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea, que reclaman coordinación y contundencia a las capitales. El miedo a lo que viene se alimentó también con la confirmación de que impacto del brote de coronavirus en la economía del gigante asiático ha sido aún mayor del estimado, según reflejan los datos correspondientes a los dos primeros meses de 2020 publicados por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) de China, que constatan una caída histórica de la producción industrial de la fábrica del mundo y -el 13,5% en los dos primeros meses del año- y un incremento de un punto del paro, hasta el 6,2%.