La historia de muchos libros, incluidos los de texto, y películas como la oscarizada "Elizabeth: la edad de oro" a veces tiene más que ver con un falso mito que con la realidad. La gris o incluso negra aura alrededor de la Gran Armada o Armada Invencible entra dentro de esta 'acotación'. El escritor Aquilino Fariñas, portavoz de la Asociación Cristóbal Colón gallego, aseguró ayer en Club FARO que "nos han contado una mentira histórica sobre la Gran Armada".

Presentado por Eduardo Esteban -presidente de la Asociación Cristóbal Colón gallego- Fariñas dedicó su comparecencia a tirar abajo las falsas creencias que hay sobre la Armada Invencible presentando su libro "Grande y Felicísima Armada: Derribando la Leyenda Negra".

En primer lugar, aclaró que "la idea no era invadir y anexionar Inglaterra. Lo que quería era sustituir a la reina Isabel I por una reina inglesa pero católica. La intención era desembarcar la tropa en Inglaterra" que recogería en Flandes.

La realidad fue que, tras salir de Lisboa en 1588, se encontraron con temporal en A Coruña donde tuvieron que pasar varias semanas. "De ahí, explica Fariñas, salen en una formación cerrada. En la Escuela Naval Militar de Marín cuando presenté el libro, comprendieron lo difícil que era manejarse en una formación cerrada, la única forma de garantizar la seguridad de las naves de aprovisionamiento que iban en el centro" del escuadrón y que estaban rodeadas por las naves de guerra que iban alrededor.

"En aquella época, puntualizó, moverse así durante tantos días en naves a vela era sumamente difícil y complicado solo al alcance de marinos que atravesaban el Atlántico con la flota de Indias en una expedición naval enorme. Sin embargo, la historia nos dice que no, que los españoles eran unos incompetentes y que fueron derrotados por incompetentes cuando realmente no fueron derrotados".

El conferenciante renoció que la historia destaca la destreza de los marinos ingleses "cuando ellos jamás fueron capaces de organizar un convoy similar de esas característics ya que probablemente sea el convoy naval más grande de la historia hasta ese momento" (con 130 naves en total).

También explicó que el paso de la Armada Invencible por la costa sur de las Islas Británicas se realizó con contadísimos enfrentamientos, sin casi daños relevantes en los navíos españoles. Al llegar a Calais (Francia), tenían que bordear la costa flamenca y cargar los tercios. "Los ingleses gastaron mucha munición pero no consiguieron prácticamente ningún resultado efectivo. Desesperados, utilizaron allí los brulotes, barcos incendiarios" que él indicó que fueron unos ocho.

"La historia ha reconocido que esa fue una medida genial, cuando realmente la hicieron a la desesperada.Eran barcos cargados de pólvora, ardiendo, que enviaron contra los barcos españoles con la intención de incendiarles las velas y provocar pánico. Ni un solo de los brulotes llegó a contactar con un barco español", aclaró.

El problema consistió en que para evitarlos, los navíos españoles tuvieron que cortar las amarras. Los barcos se desperdigaron perdiéndose la formación cerrada que garantizaba la defensa. Las pérdidas fueron en la batalla de las Gravelinas pero sobre todo al regresar a casa. Decidieron bordear las Islas Británicas y al llegar a la costa irlandesa un temporal los azotó, aunque "los galeones regresaron todos a España".

Para la historia, el episodio pasa como la vergüenza de España pero lo que no se estudia casi nunca en los colegios es la derrota inglesa un año después de su Contra Armada, que se topó con una defensa enorme en A Coruña (donde pelearon contra María Pita) y la posterior debacle en Lisboa.