Mamen Silva tiene 40 años y lleva 16 en talleres Sabincar de Mos. "No era manitas, pero me quedé en paro y me ofrecieron un curso de chapista y pintura de coches en el INEM. No me apetecía pero el profesor me animó. Era la única chica pero nunca me sentí discriminada. Mis compañeros me acogieron muy bien y en Sabincar mis jefes también", explica esta madre de un hijo que asegura no tener problemas de conciliación. "Mi primer día en el taller no sabía si iba a cumplir sus expectativas. Ahora no solo sé de chapa y pintura, sino también de mecánica, y echo una mano en lo que haga falta". Algún compañero se las hizo pasar canutas al principio: "Me cargaban de trabajo, pero hoy lo agradezco porque cogí muchísima experiencia. Yo sigo aquí y ellos ya no están", apostilla. Apunta que aún queda mucho por hacer: "Llevo muchos años trabajando y aunque cobro más, mi categoría sigue siendo la misma".