La temporada final de "El embarcadero", que lMovistar + ofrece completa a partir de hoy, viernes, llega para dar respuestas y ofrecer la cara oculta de unos personajes que culminan un viaje emocional en el que son llevados al límite. La serie protagonizada por Álvaro Morte, Verónica Sánchez, Irene Arcos y Roberto Enríquez, entre otros, alcanza su punto álgido con la resolución del principal misterio, la muerte de Óscar (Morte). Sin embargo, como explica su propia creadora y productora ejecutiva Esther Martínez Lobato, lo hace de manera "más oscura" y mostrando la cara oculta de los personajes.

"En la segunda temporada explotan todos los personajes, explotan todas las respuestas. Los personajes son llevados al extremo del viaje que han iniciado y son colocados en las antípodas de cómo han comenzado la serie. Los últimos capítulos de la segunda temporada colocan todo en un extremo muy al límite", indica la guionista.

En esa misma línea expone su director, Jesús Colmenar, los argumentos que marcan la diferencia entre una temporada y otra: "La segunda temporada es más oscura. Si la primera fue descubrir a los personajes, viviéndolo desde el lado del amor y la transformación que tiene lugar en el ser humano, en la segunda temporada vamos a ver las consecuencias, que a veces pueden ser muy negativas, de abrazar tu lado salvaje. Si abrazas tu lado salvaje puedes acabar devorado".

Tanto Álvaro Morte como Roberto Enríquez, quienes coinciden a la hora de destacar el gran papel de los creadores y directores de la serie como "genios que hacen una ficción diferente", se suman al carro de valorar la segunda temporada como una vuelta de tuerca a la trama y a la exposición de sus personajes. "En la segunda temporada empezamos a ver el reverso de los personajes. Las cosas oscuras, la culpa de lo que acarrean esas decisiones, es como la consecuencia de lo que hemos visto hasta ahora", apunta Morte, quien reconoce no haber tenido excesiva dificultad para desmarcarse del personaje de "El profesor" que tanto reconocimiento le dio con "La casa de papel".

Asimismo, también "el ingrediente sexual y sensual de la primera temporada", como explica Roberto Enríquez, "se mantiene, pero se vuelve más sórdido".