El pasado día 7 de noviembre falleció en Londres Bob Freeman, el fotógrafo personal de los Beatles entre 1963 y 1965. A su maestría profesional se deben las portadas emblemáticas de cuatro de los grandes álbumes del grupo, desde "With the Beatles" hasta "Rubber Soul". Y es que si los Beatles revolucionaron la música popular también lo hicieron con su envoltorio.

Las portadas creadas por Freeman son todavía hoy modelos insuperables de cómo debe presentarse un disco con un toque artístico y sobre todo distinto a todo lo anterior. Pero el gran fotógrafo no se limitó a eso. Además de las cuatro icónicas cubiertas fue el diseñador artístico de las dos películas que marcaron el paso de las infames cintas de Presley a obras de arte de cinéma vérité como "¡Qué noche la de aquel día!".

Si entrásemos en el famoso juego de acertar cuál es el quinto beatle, el ganador seguro, en la faceta gráfica, sería el gran Bob Freeman.

Es posible que los más viejos del lugar recuerden que en el verano de 1997, siendo alcalde Manuel Pérez, la Casa de las Artes acogió la espléndida exposición sobre la obra de Freeman y los Beatles.

Y Bob Freeman acudió a mi llamada acompañado de su hija. Yo le conocía desde algunos años antes a través de amigos comunes en Madrid, donde por aquel entonces residía el fotógrafo (enamorado de una bailarina sevillana).

Freeman era un hombre austero, con cámara al hombro y una mochila de mano como único equipaje con la que llegó a la estación de autobuses de La Doblada. Escogió en Vigo un humilde hotelito ante la playa de Canido, y durante aquellos días pude conversar con él sobre el inevitable tema de los años en que compartió apartamento con Lennon y Ringo.

Un día le dije, de broma por supuesto, que me encantaría que él me retratase para la posteridad. No dijo nada, pero a la mañana siguiente se dio un paseo desde su hotel hasta mi casa en Samil y se plantó sin avisar ante la puerta.

Alguien me avisó que había abajo un inglés muy rubio que quería verme... Al bajar me encontré con Freeman y su cámara, dispuesto a complacer mi petición. Me colocó en la terraza y allí me tomo una serie de fotos (no negaré que me sentí entonces como si fuese el mismísimo Paul McCartney).

Me despedí de Freeman en la estación de autobuses, y pocos días después recibí un sobre con tres preciosas fotos en blanco y negro con un croquis explicativo de la forma en la que tenía que enmarcar aquel tríptico.

Robert Freeman era generoso (no me cobró ni un penique por su trabajo) y a lo largo de los siguientes años continuamos la relación en Madrid, hasta que le perdí cuando marchó a Sevilla, siguiendo, ¡cómo no!, los pasos de aquella bailarina flamenca.

Ahora, tras su muerte, sólo nos queda recordar al fotógrafo que inmortalizó a los Beatles y pasó unos días admirando nuestra ría desde el balcón de un hotelito de la playa de Canido.

*Instituto de Estudios Vigueses

Robert Freeman, conocido por su trabajo con los Beatles, para los que realizó las portadas de "With the Beatles", "Beatles for Sale", "Help!" y "Rubber Soul", falleció el pasado jueves en Londres a los 82 años.