La reconocida activista Mabel Lozano, actriz de series españolas de finales de los años 90, eligió alzar su propia voz para luchar contra uno de los problemas más arraigados de la sociedad: la prostitución y la trata de mujeres. Paralelamente, decidió dar el salto al otro lado de la pantalla para resituarse como cineasta. Para cerrar el círculo, algunos de los documentales de esta especialista en género y directora de cine se proyectan en escuelas e institutos. Ayer Mabel Lozano impartió la primera conferencia del III Foro de Educación: "Educar en relaciones afectivo sexuales sanas". El estereotipo de actriz modelo se demostró erróneo con ella, que a su vez trata de 'desnudar' la difícil realidad del consumo de pornografía entre los jóvenes.

"Prohibirles la pornografía es imposible; es mejor sentarnos con nuestros hijos y prepararles para entender esos contenidos; podemos inculcarles un pensamiento crítico", defendió la experta a lo largo de casi dos horas de conferencia y proyecciones. La foto fija que hizo Lozano del consumo de porno entre los jóvenes impresionó a muchos docentes. "A los menores en España no se les habla de sexualidad, pero el 90% del contenido de internet es pornografía que no está regulada; hay chicos que muy jóvenes acceden a foros en línea y consumen porno desde sus móviles", lamentó.

El problema de ese consumo a edades tempranas está, para Lozano, en el hecho de que no hayan sido instruidos previamente en sexualidad esos menores. "Se están educando en sexualidad a través de la pornografía. Tienen una información muy sesgada. Todavía hay pudor a la hora de hablar de sexualidad en casa, con los hijos e hijas", comentó. De hecho, Lozano aludió a la reacción de algunas asociaciones de madres y padres -problemas hoy solventados- para proyectar sus cortos en el ámbito escolar. Por eso, insistió en la necesaria labor de familias y educadores. "Lo más importante en las relaciones sexuales es que exista deseo y empatía", insistió, contrastando ese modelo con el que propugna el porno: una pornografía que reproduce los roles de sumisión, desigualdad, violencia hacia las mujeres... Y el peligro de las chicas, podrían 'edulcorar' la gravedad al verla ahí reflejada. "Los jóvenes no saben nada de proxenetas, o si la actriz que está ante la cámara lo está en contra de su voluntad", denunció. "Chavales y chavalas de once años accediendo a través de un dispositivo móvil a una pornografía durísima: es decir, no fomenta algo maravilloso como es la empatía entre los seres humanos", explica.

Algunos profesores asistentes confirmarían después, en el coloquio, un aumento de la percepción de conductas sexuales más violentas entre los alumnos. De la mano, según Mabel Lozano, está el hecho de que los jóvenes "son grandes consumidores de pornografía, pero no saben casi nada de sexualidad, de la trata no saben nada y piensan que la prostitución es ocio, puro divertimento". De ahí las manadas. "¿De dónde salen las manadas? Pues del porno en el que las mujeres no son sujetos, si no objetos y que es denigrante para ellas", alegó Lozano, en alusión a la que entre los más visitados se hallan los vídeos de sexo grupal. "Cada vez el perfil del consumidor de sexo es más joven", alertó sobre el influjo de prácticas aberrantes sacadas de la web. "Es más fácil recurrir a una mujer prostituida y que te haga una felación por 5 euros al final de la noche que currarte las relaciones, porque ella no te va a pedir explicaciones", relataba Mabel sobre casos reales ocurridos cerca de la capital madrileña. Para contrarrestar esto, la cineasta propone la educación como arma.

La especialista en género considera, por tanto, que la familia es el primer eslabón en la educación afectivo sexual de los niños y niñas y jóvenes. El segundo eslabón sería la escuela. E hizo un llamamiento a incluir a los profesores asistentes en sus aulas el discurso de la educación afectiva sin tapujos.

La conferencia se detuvo para dar paso al tráiler del documental "El proxeneta: paso corto, mala leche", que impactó al público como avance de un trabajo que sacude conciencias. Lozano pone voz a un proxeneta a quien se oye decir que "quien quiera legalizar la prostitución, está vendiendo nuestro discurso [?] la mafia está aquí y esto no lo llevan los rusos, o los rumanos, lo llevamos nosotros porque lo creamos...". Esa entre otras revelaciones de los entresijos de la prostitución en clubs, que provoca más secuelas en las mujeres prostituidas, "que una violación".

Pero no fue el único. Su "Escúchame", un cortometraje de ficción que escribió y dirigió hace unos años, se basa en la historia real de una víctima de trata en Madrid, Svetlana Demidovich. Más de 800 hombres pagaron por sus "servicios" en contra de su voluntad durante 5 meses. Y según reconoció ayer, fue precisamente el hallazgo de esta mujer prostituida el que cambió su vida en 2005, justo al tiempo en el que Mabel Lozano comenzaba a estudiar cine.

"Soy de un pueblo de Toledo de 3.000 habitantes, quizás por la falta de referentes mujeres no pensé en ser directora de cine", reconoció ayer sobre la palestra en Vigo, donde aprovechó para saludar a la actriz gallega Berta Ojea, entre el público.

Además de los citados trabajos, también habló de su primer largometraje documental "Voces contra la trata", que "no vio nadie" -reconoce- "la gente no quería saber lo que pasaba en el mundo de la prostitución". Pero le valieron para conocer a Irina, una mujer de un pueblo de Rusia... como ella. "Creo que los destinos son las formas diferentes de ver la vida; no son los lugares. E Irina cambió mi modo de ver la vida", confesó.