"Fumar un porro hoy equivale a fumarse cuatro o cinco de los años 90. La concentración de THC -Tetrahidrocannabinol, el componente psicoactivo que altera la percepción y el esado de ánimo- pasó de prácticamente un 4% al 16,20% en este momento. Es una barbaridad; no hay cerebro de una persona adolescente que soporte esas cantidades". La información, a modo de advertencia y denuncia, la facilita el doctor en Psicología Manuel Isorna Folgar, presidente del comité organizador del II Congreso Internacional sobre cannabis y sus derivados" que se celebrará del día 7 al 9 de noviembre en Catoira (Pontevedra).
Este psicólogo y profesor asociado de la Universidade de Vigo añade que la concentración del THC puede ser mucho mayor: "Muchos de los chicos que yo conozco aprenden a cultivar, después les enseñan cómo extraer el aceite de hachís a través de alcohol o gas para después vapearlo. Otras veces meten ese aceite en cachimbas, cigarrillos electrónicos. Estamos hablando de una concentración del 40% de THC lo que es una barbaridad".
Este último modo de fumar no se da solo en Estados Unidos, "ya es común en España", señala Isorna Folgar quien denuncia que hay "una presión enorme de la industria del cannabis que está comprado por Altadis y Philip Morris", esta última, la mayor tabacalera del mundo
Pero, ¿ cómo ha sido posible que la concentración del componente psicoactivo se haya cuadriplicado desde los años noventa? Este psicólogo y técnico del Concello de Valga da la respuesta: "Se está invirtiendo muchísimo para modificar la planta genéticamente, para que produzca más cantidad y tenga mayor concentración de tetrahidrocannabinol". Según este profesor universitario, es la industria productora la que está modificando los genes, para adquirir mayores ingresos.
Trastornos psicóticos
Tras estos datos, Isorna recalca que "hay una evidencia clarísima de los perjuicios de su consumo". Para demostrarlo, recuerda que "la Asociación de Psiquiatras del País Vasco y Sevilla acaban de publicar informaciones alertando de que un altísimo porcentaje de jóvenes que entran en los hospitales con trastornos psicóticos son consumidores de cannabis. Ojo, muchos de esos trastornos acaban haciéndose crónicos, acaban en esquizofrenia".
Por ello, este doctor en psicología considera que "la población se tiene que dar cuenta de que desde el primer porro al último hay riesgo; el THC actúa sobre el cerebro. Este va aumentando en función de la cantidad y las particularidades de cada individuo. Además, el cannabis lleva alquitrán, es un daño que se genera a nivel neurológico, respiratorio y pulmonar".
Frente a esta realidad, Isorna denuncia que "la industria sigue fomentando el consumo recreativo porque hacen creer que es inocuo, lo que es mentira".
Respeto al consumo terapéutico de los cannabinoides, señaló que "son contados. Es verdad que hay un beneficio terapéutico pero, desde mi punto de vista, debería ser vendido en farmacia porque realmente es una droga;y recetado por el personal sanitario correspondiente para personas que lo necesiten".
Por último, criticó "el vacío legal" que prohíbe que haya publicidad o apología del tabaco, mientras permite que se emita marihuanatelevision. tv donde te enseñan a hacer aceite de hachís o liar un porro; o que haya videojuegos como Hempire "donde se incita a los jóvenes a hacerse cultivadores de cannabis".
