El ambiente festivo reinó una vez más en la Festa da Auga. Miles de personas se congregaron en las calles de Vilagarcía durante la mañana de ayer para disfrutar del evento más esperado del verano en la comarca. La ciudad se inundó de agua y risas durante horas, haciendo las delicias de todos, ya fueran jóvenes, mayores, vecinos o turistas. Muchos fueron los que llegaron, expresamente para la fiesta, desde todos los lugares de Galicia, mediante contrataciones de autobuses, viajes en tren o en coches particulares.

La peculiar procesión de San Roque, más multitudinaria que de costumbre según fuentes de la Policía Local, fue el punto de inicio a la mañana más húmeda del año. La figura del Santo, protegida por el equipo de rugby local y otros vecinos que se prestaron voluntarios, salió de la iglesia de Santa Eulalia a las 11.45 horas. Una vez en explanada de la capilla, se dio paso al pregón del coruñés David Perdomo quien soltó un breve discurso que desató las risas del público. Al término de las palabras del humorista la comisión tiró el primer cubo de agua y abrió la veda para que todos los participantes desenfundaran sus pistolas y lanzasen los primeros globos por todas las zonas húmedas habilitadas. Esta edición fue más inlusiva que nunca y las personas en sillas de ruedas pudieron disfrutar de la fiesta. El respeto general se impuso a las irresponsabilidades de algunos que se saltaron las peticiones de la organización de no tirar agua durante la procesión ni en las zonas secas de la ciudad, situación que se produjo en contadas ocasiones.