Un equipo liderado por el CSIC descubrió la presencia, por primera vez en el espacio, de una molécula portadora de calcio: el isocianuro de calcio o CaNC. Los resultados se lograron a partir del análisis de datos del radiotelescopio IRAM 30m, en Sierra Nevada (Granada), y gracias a la información recogida durante 35 años sobre la química de la estrella evolucionada IRC+10216, situada a unos 500 años luz, hacia la constelación de Leo. La detección de moléculas metálicas en el espacio es clave para comprender cuántos de estos metales se encuentran en la fase gas del medio interestelar y cuántos de ellos componen los granos de polvo que expulsan las estrellas en sus últimas etapas de vida.