El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN), Joaquín Galve, afirma, cuando se cumplen tres años de la violación grupal, que la víctima de la agresión sexual por La Manada sufrió un castigo añadido por la gran repercusión mediática del caso. Galve, que defendió en la sala que estudió el recurso de casación que sí se trataba de una agresión y no un abuso sexual, asegura que los procesos judiciales "no son matemáticas", sino que hay muchos matices a tener en cuenta.

El magistrado rechaza que la justicia navarra, tanto la Sección Segunda como el propio TSJN, que confirmó la pena de nueve años por abuso sexual, hayan quedado en mal lugar.