El Monte Real Club de Yates de Baiona fue el destino final de esta ruta organizada por el histórico y exclusivo Royal Cruising Club, una de las asociaciones de cruceristas más importantes del mundo, de la que veinticinco de sus embarcaciones viajaron hasta las Rías Altas y Baixas durante estas últimas dos semanas. Unos sesenta navegantes recalaron en el club baionés para poner punto y final a esta travesía.

En su mayoría son cruceristas británicos con una media de edad de 55 años que viajan con familia o amigos en veleros de unos 13 metros de eslora, motivados principalmente por su amor al mar. Todos ellos pertenecen al selecto y exclusivo grupo de 400 socios este club británico, creado en 1880 bajo el liderazgo de Arthur Underhill con el fin de fomentar y facilitar la navegación a vela a través de rallies como el realizado este verano a Galicia o el lanzamiento de diferentes publicaciones sobre navegación, con guías y otros trabajos.

Tras pasar por A Coruña, Portosín y las Islas Cíes, y visitar la catedral de Santiago de Compostela, el pazo de Rubianes o el castro de Baroña, entre otros puntos destacados, los cruceristas disfrutan estos días de Baiona y sus alrededores tras haber escogido al Monte Real Club de Yates como colofón de sus dos semanas de travesía a vela.

Amistad y celebración

El alcalde de Baiona, Carlos Gómez, participó ayer por la tarde en un acto en el que miembros de las juntas directivas de ambos clubes realizaron un intercambio de grímpolas como símbolo de amistad entre entidades. Por parte de la asociación británica estuvieron presentes su comodoro Paul Heiney y su vicecomodoro Nick Chavasse; por parte del club baionés, el vicepresidente Alejandro Retolaza y la vicecomodoro y el secretario, Genoveva Pereira y César Fernández-Casqueiro.

Tras finalizar el acto, los navegantes participaron en una pequeña fiesta exclusiva organizada por el Monte Real, donde degustaron diverosos productos típicos de la gastronomía gallega, donde no faltó el marisco.