Dos millones de españoles, un total de 800.000 hogares, viven con la incertidumbre de quedarse sin vivienda, que se ha convertido en el principal factor de exclusión social, por encima del desempleo. Así lo constata el VIII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en España presentado ayer por esta fundación vinculada a Cáritas, según el cual 8,5 millones de personas, el 18,4 % de la población, se encuentran en exclusión, 1,2 millones más que en 2007. Para la mitad, 4,1 millones, esa exclusión es severa; dentro de ellos se encuentran los "expulsados" de la sociedad, que hoy son 1,8 millones de ciudadanos, el triple que los 600.000 que lo estaban antes de la crisis.

Sin embargo, según explicó el secretario técnico de Foessa, Raúl Flores, la tasa de exclusión se sitúa ya muy cerca de la del 16% previa al estallido de la crisis -durante la cual se superó incluso el 25%- pero ello no significa que "hayamos vuelto a la casilla de salida porque las condiciones de vida son peores que hace diez años". "Es la sociedad estancada, para los que el ascensor de la movilidad social no funciona y no es capaz de subir ni siquiera a la primera planta", añadió Guillermo Fernández, coordinador de esta investigación.

Hay un dato positivo, y es que "la sociedad integrada" que representa a un colectivo que "no vive excesivos problemas" sí que se ha recuperado y supone el 48,4 % de la población, 23 millones de personas.