El científico e investigador David del Rosario recaló ayer en CLUB FARO para impartir una conferencia en la que animó a los asistentes a "reeducar" el cerebro para vivir con plenitud, es decir, más cerca de la felicidad y defender premisas como que "las emociones están para sentirlas, no para gestionarlas". Bajo el título de "Reeduca tu cerebro", adentró a los presentes -tras ser presentado por Yolanda Diz, investigadora del Centro de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Vigo- en una explicación sobre cómo funciona el cerebro.

Como arranque, habló de cuando algo nos resulta incómodo y de cuál es la clave para que pasemos página o tengamos un conflicto interno. Al respecto, recalcó que se dio cuenta de que "si quería ser feliz, tenía que ser con la mente y el organismo que tenía".

También hizo reflexionar sobre la cantidad de academias que hay para aprender idiomas o universidades para aprender la base de una profesión, sin que haya un centro de estudios en el que nos enseñen a entender mejor nuestro cerebro, de manera que alineemos nuestra conducta con el funcionamiento de la mente.

Del Rosario realizó varios experimentos con el público para demostrar que lo que pensamos y sentimos no procede de la persona o cosa que vemos o de las palabras que oímos. De lo contrario, "todos pensaríamos lo mismo". Sin embargo, ante un mismo vídeo de una persona hablando pero con el sonido apagado, las opiniones sobre lo que le estaba ocurriendo y las sensaciones que originaba en los espectadores fueron diferentes.

El conferenciante -que presentaba ayer su última obra, "El libro que tu cerebro no quiere leer" (Urano)-, explicó que "un pensamiento no es un hecho, pero sí una propuesta neuronal para vivir una experiencia de vida". Así, interpretamos lo que nos rodea según nuestra experiencia pasada, nuestra base genética y las expectativas de futuro. Por ello, "defender un pensamiento a capa y espada no es muy buena idea", ya que genera "mucho dolor, como si te pegaran una torta", explicó.

Añadió que "el 85% de las veces, aquello que sentimos procede de las cosas que pensamos; no procede de la persona que tenemos delante". El cerebro hace una propuesta a raíz de una experiencia, la base genética y las expectativas generando una emoción que, a su vez, impulsará una acción. De hecho, las emociones nos llevan a la acción en el 70 o 75% de los casos, por lo que recomendó hacia el final de la conferencia la aplicación del sentido común.

No obstante, recalcó que "el pensamiento positivo no funciona si no está alineado con el cerebro. Cuando quieres pensar más positivo, no puedes, porque no sabes cómo eres e cómo piensas".

Para ser felices y reeducar el cerebro, la atención es "nuestro mayor tesoro", ya que es el cerebro el que debe decirnos si un pensamiento es útil o no dependiendo de si la emoción nos produce sufrimiento o alegría, según el nivel de bienestar o agitación que tengamos. "El origen de mis resultados son mis pensamientos", añadió.

Focalizándose en la atención, indicó que puede ser selectiva (elegimos en qué concentrarnos) y, además, nos permite usar o tirar pensamientos. "Todo pensamiento que no se use -señaló- el cerebro empezará a tirarlo".

Por ello, recomendó reeducar el cerebro "conscientemente. No digo que sea fácil pero sí es simple. Tenemos que pensar: ¿me sirve este pensamiento para vivir el momento? Así, nos devuelve el poder y nos hace quitar la atención del pensamiento", propuso.

Para centrarnos en estas preguntas y respuestas, debemos renunciar a la multitarea eterna que calificó de "tóxica para el cerebro" al tiempo que añadió que "cuando nos estresamos, nos saturamos". Además, añadió que "le dedicamos mucho tiempo a los demás, pero poco o nada a nosotros mismos", añadió. Una actuación fácil de acometer contra la multitarea puede consistir en, simplemente, silenciar los avisos de las redes sociales en nuestro móvil para evitar que prestemos atención al mismo cada vez que avisa de un mensaje, un comentario o un "me gusta".

Por último, ante las dudas de algunos asistentes, abogó por que descansemos más y tengamos una vida más sana, renunciando a tomar alcohol cada día o tomarlo de forma exagerada ocasionalmente, ya que abusar del mismo nos puede evadir durante su ingesta de los pensamientos negativos pero no soluciona nuestra forma de afrontarlos después de que pase el efecto.